El segundo número de Ophelia está entre nosotros y les confieso que me resulta muy difícil poner en palabras lo que significa este logro, narrar de alguna manera lo vivido a lo largo de este primer año. Es difícil porque uno nunca imagina el recorrido o dirección que toman las ideas o fantasías en el tiempo.
Por Lic. Camila Reveco
creveco@revistaophelia.com
Editora Revista Ophelia
Ophelia nació con una finalidad muy clara: convertirse en un “lugar” para reunir aquellas entrevistas que había realizado -a lo largo de varios años- a artistas de distintas geografías. Entrevistas que habían sido publicadas en distintos medios -por eso mismo- estaban dispersas.
La labor de entrevistar a dibujantes, pintores, escultores, grabadores se llevó a cabo de todas las maneras posibles, ya sea personalmente, por teléfono, a través de Skype, gracias a WhatsApp, diferentes plataformas de chats, mails, y un largo etcétera; y ese trabajo nos permitió -en un momento dado- tener documentados muchos testimonios, tantos como cien.
Cien entrevistas a cien artistas, hombres y mujeres de variadas edades, de distintos países, con diferentes estilos, algunos de ellos consagrados y otros emergentes…
Fue entonces cuando se nos ocurrió que podía ser una buena idea inventar “algo”, una plataforma en dónde compartir esta experiencia. Uso el plural porque esa idea no hubiese surgido nunca de no haber existido una improvisada charla con mi amigo, el poeta, Enzo Ramos Montiveros. ¿Qué hacemos con todo esto? Fue la pregunta que funcionó como disparador. Nos motivó, sobre todo, el hecho de saber que la Feria del Libro estaba por ocurrir en nuestra Provincia y sabíamos que habían abierto convocatorias para presentar propuestas. Alejandro Frías, su director, nos recibió en su oficina, nos escuchó y no dudó en darnos una fecha, un horario y una sala para presentar el proyecto Ophelia públicamente. Eso sucedió, dos meses más tarde, un sábado 30 de septiembre en el Espacio Cultural Julio Le Parc, a sala llena.
Habíamos logrado seleccionar, de todas, diez entrevistas. Elegimos en esa oportunidad las notas de Guillermo Rigattieri (Argentina), Carlos Bruscianelli (Venezuela), Rubén Reveco (Argentina), César Santos(Cuba), Gisela Banzer (Argentina), Héctor Acevedo (Perú), Adriana Villagra (Paraguay), Carlos Concha Vial(Chile), Beatriz García Huertas (Argentina) y Ricardo Fernández Ortega (México). Podía haber puntos en común entre esos artistas o no haberlo, pero nos interesaba – ante todo – destacar los diferentes registros o enfoques de cada artista, sin la necesidad de establecer similitudes entre ellos o su trabajo, ni mucho menos hacer comparaciones. Queríamos hacerlos convivir, poner en valor sus testimonios y abrazar el trabajo periodístico logrado hasta el momento. Y lo logramos.
UNA NUEVA OPHELIA ENTRE NOSOTROS:
Ahora, presentamos nuestro segundo número, que mantiene intacta su idea original: Diez entrevistas a diez artistas de distintas ciudades, realizadas entre 2014 y la actualidad. En la tapa les adelantamos quiénes son los elegidos para ésta publicación: David Acevedo (Argentina), Patricia Sánchez Saiffe(México), Consuelo Hernández (España), Ernesto Bertani (Argentina), Ofelia Andrades (Chile), Sheryl Luxemburg (Canadá), Yuki Hayashi (Paraguay), Alfredo Araújo Santoyo (Colombia), Lorena Kloosterboer(Bélgica), Guillermo Lorca García-Huidobro (Chile). Notarán que este número está conformado por una presencia femenina mayoritaria -seis mujeres y cuatro varones-.
Tapa Ophelia número 2
Se han sumado al proyecto no solo nuevas entrevistas, sino diferentes colaboradores que han aportado su visión desde una óptica enriquecedora y variada. La historiadora Gisela Sanhueza -desde Chile – participa con un artículo cuya lectura resulta fundamental como introducción a las entrevistas. Desde una perspectiva polifónica y dialógica consigue diferenciar las voces de los artistas que aquí conviven.
Nuevamente contamos con el significativo aporte del reconocido crítico Andrés Cáceres que en esta oportunidad se ocupa del trabajo del escultor Miguel Gandolfo, oriundo de Mendoza. Describe el “romance con la madera” del escultor, cuyo trabajo está basado en formas abstractas y geométricas de exquisita factura técnica. Al momento de presentar ésta revista, Gandolfo expone en ArteH Espacio Hipercerámico de Las Heras.
El multifacético Fernando Guinard se suma a los colaboradores de la revista desde Bogotá, Colombia, es editor de la Revista Ojos -publicación dedicada al arte erótico- con él hemos mantenido una estrecha relación de solidaridad e intercambio a través del tiempo.
Suma con su presencia el historiador y ensayista Federico Mare, quien ha concedido lúcidos ensayos de arte publicados en la página oficial de Ophelia. Ahora, nos deleita con un texto que invita a la reflexión en torno a la búsqueda o construcción del sentido, en torno a la producción de significados existenciarios. ¿Para qué el arte? ¿Para qué una revista como Ophelia?, se pregunta desde el título.
La galerista chilena Soledad Neira y el curador mendocino Pablo Chiavazza suman ricos artículos que acompañan las entrevistas de Guillermo Lorca García-Huidobro y David Acevedo, respectivamente. Presentamos, también, una novedad editorial a través de la voz del escritor Andrés Oliver, cómplice de este proyecto desde los primeros días. Su palabra fue necesaria, para conectar de forma tan natural como contundente el espíritu de las obras.
En definitiva diez artistas tenemos para presentarles en este número ¿y qué podría conectarlos? son pintores y pintoras que han elegido la figuración para desplegar sus capacidades expresivas. Pero, más allá de este dato evidente, lo que nos resulta imposible de eludir, es el camino que eligieron transitar como artistas: ninguno de ellos parece renegar de las tradiciones, ni del legado de los maestros. Su labor evidencia que hay un pasado que se recupera, muta y se actualiza; y que pintar, está mucho más allá de cualquier moda o tendencia. Existe -en cada uno- una necesaria cuota de resistencia, persistencia y/o rebeldía
¿Qué intentamos decir? parafraseando al escritor César Aira, ninguno ha sufrido la “angustia de las influencias”, y no porque las evitaran; por el contrario, las han aceptado a todas. Son artistas conscientes de su valía y asumen sin conflicto el peso de las tradiciones, por eso traen ese legado al presente intentando hacer una relectura. Su pintura adquiere volumen a fuerza de la reinvención. Saben todo lo que el pasado tiene para contar hoy.
No vamos a detenernos en las contrariedades, vicisitudes o desencantos que haya habido a lo largo de este corto pero intenso proceso “opheliano”. Este ha sido un camino lleno de sorpresas, alegrías y por supuesto, decepciones. Asumimos, en todo caso, que superar dificultades nos apasiona. Trabajamos por una revista de calidad, y si bien hay mucho por hacer y mejorar, nuestras inquietudes son infinitas y son las que nos movilizan. Hoy Ophelia es un ámbito donde conviven artistas de distintas latitudes con su obra y su palabra y es también referente a partir de la notoria falta de publicaciones en Mendoza – y en el país – dedicadas exclusivamente al sector de las artes plásticas. Podemos, entonces, estar más que satisfechos con el resultado.
Concluyo para invitarlos a celebrar la belleza, a conocer la labor de los creadores aquí reunidos, sus sensibilidades e impresiones sobre el arte de nuestro tiempo que es tan rico y tan variado.
Gracias a todas las personas que nos acompañan.
Camila Reveco
Lic. en Comunicación Social por la UNCuyo
Ciudad de Mendoza, República Argentina
Primavera de 2018
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