El pintor y escultor colombiano Alfredo Araújo Santoyo, en una entrevista exclusiva, se refirió a la dimensión erótica de su obra y reflexiona sobre los límites entre lo sensual y lo pornográfico.
Por Lic. Camila Reveco
camilareveco.mza@gmail.com
Argentina
El arte es inherente a la condición humana; el erotismo y la fantasía también. La obra del artista plástico colombiano Alfredo Araújo Santoyo contiene los dos elementos. “La frontera del erotismo es justamente uno de los temas que estoy estudiando actualmente con mayor interés”, comenta el pintor, nacido el 6 de noviembre de 1972.
En su trabajo hay un imaginario de posibilidades excesivas de la vida sensual de hombres y mujeres, sugeridas por medio del erotismo y representadas a través de cuerpos -o torsos- en determinadas posturas, construyendo un mensaje en el que reina el deseo, el delirio y el placer.
Pero las connotaciones que el espectador le puede otorgar a su obra son infinitas... y por sobre todo personales. El artista explica en esta nota que su interés por el desnudo “se basó siempre en la búsqueda de quién o qué somos, más allá de las convenciones socioculturales que nos esconden o constituyen nuestra apariencia social”.
Alfredo Araújo Santoyo se formó principalmente en la Academia de Bellas Artes de Bruselas (Bélgica) y allí tuvo el privilegio de estudiar con grandes artistas a lo largo de diez años. Hizo una maestría y se especializó en escultura, cerámica y dibujo. Más tarde, y en búsqueda de aún más respaldo técnico, siguió perfeccionándose en pintura y técnicas pictóricas. Aprovechó al máximo su estancia en Europa para compartir ese conocimiento en su Colombia natal, por eso hace veinte años se radicó en Bogotá donde ejerce la docencia y tiene alumnos de varias partes de mundo que lo visitan para estudiar en su atelier: “Todo es trabajo, práctica y estudio, de una u otra forma, eso constituye un “talento” o una “facilidad”, resume.
-¿Hubo alguna circunstancia detonante por
la cual empezó a dibujar y pintar?
-Según la típica mitología familiar que se
desarrolla a partir de las fantasías de las abuelas, profusamente alimentada
por los tíos exagerados, y rápidamente asimilada por el consenso general, en mi
casa se dice que yo nací pintando. Otras versionas afirman que nací esculpiendo
(en plastilina) y algunos más afirman que ya en el hospital me pusieron
pinceles en la cuna. El caso es que en realidad, no puedo decir con certeza
cuando o como empecé a incursionar en el campo de las artes plásticas. Mi madre
estudió Arte en una prestigiosa universidad de Bogotá, mi padre estudió música
además de administración de empresas porque lo correcto era que fuese una
persona seria y no un artista-hippie-medio-loco-muerto-de-hambre, que desde mi
nacimiento aportaron un medio lleno de arte para que yo creciera y plagado de
ejemplos para que yo imitara, así que el hecho de que como buen primate yo
imitara a mi madre y tratara de pintar era apenas Darwiniano.
"Evidentemente, si el niño entonces pinta o juega con plastilina, siendo hijo de artistas y sobrino de otro pintor famoso, era claro que el mocoso no podía ser abogado. Me fueron festejadas todas mis gracias plásticas, motivándome cada vez más a repetirlas para conseguir más atención, imagino yo, llevándome a quedarme dentro de ese universo de por vida".
-¿Siempre tuvo “facilidad” para el dibujo?
-Siempre he tenido
dificultades con eso de “tener facilidad” o “tener talento” porque no creo que
el arte sea algo innato o un don específico inyectado por alguna deidad en el
neonato y que lo predetermine de alguna forma. Creo que todos nacemos con las
mismas neuronas y el mismo potencial, a menos que haya un deterioro previo de
la corteza cerebral por enfermedades o problemas en la gestación o abusos de sustancias,
o aun dificultades a la hora del nacimiento. Creo que son los estímulos del
medio en el que crecemos y los que aportan nuestros padres y familiares los que
determinan cómo esas conexiones cerebrales se establecen y de ahí cuáles
supuestas predisposiciones se adquieren. De ahí en adelante todo es trabajo, practica
y estudio, de una u otra forma, lo que constituye un “talento” o una
“facilidad”. En mi caso entonces, es claro que crecí en un medio donde me fue
facilitado, guiado, estimulado y tal vez hasta cierto punto exigido un
desempeño y desarrollo constante para orgullo de toda mi familia, lo que
llevara a que mis capacidades en los campos plásticos y creativos rápidamente
superaran las de la gran mayoría de niños de mi edad.
-Usted es reconocido por su trabajo, pero a
lo largo de la historia del arte son muchos los casos de artistas que no se
enteraron de lo que iban a significar luego; vivieron en el anonimato y pasaron
todo tipo de penurias.
-Son algunos muy
conocidos los artistas que han alcanzado gran renombre y prestigio después de
su muerte y uno muy famoso que lo logró casi cien años después, que es Van
Gogh. Son muchos más los artistas que
hoy día son famosos, que lo alcanzaron durante su vida y a lo largo de su
carrera conquistando su lugar en su sociedad y su entorno antes que el de las
páginas de los libros. Otros tantos llegaron a las páginas de la historia por
haber alcanzado fama y renombre muy pronto, demostrando su grandeza y enorme
habilidad desde edades tempranas como Miguel Ángel o Leonardo, pero son muchos
más los que a pesar de haber alcanzado algún reconocimiento durante su carrera,
fueron olvidados por el tiempo y se extraviaron del recuento histórico. Teniendo esto en consideración, cualquier reconocimiento temporal o medianamente local que uno como artista pueda recibir significa realmente muy poco, ya que es el tiempo y la historia quienes determinarán si el trabajo que uno realizó tiene o no alguna relevancia.
- Entonces ¿qué significa para usted el
“éxito”?
-Para mí el
“éxito” es algo tan sumamente relativo, y más en el terreno de la plástica,
donde podemos ser “famosos desconocidos”, porque la fama que alcanza un artista
plástico es dentro de grupos sociales muy reducidos, en comparación, por
ejemplo, con un Michael Jackson o incluso con un Jean Paul Sartre. En lo
personal no mido el tema basándome en la adulación del público, sino más en la armonía
de mi familia y en el florecimiento de mis hijos como las bellas personas en
que se van convirtiendo día a día. Por lo demás, la decisión del valor de lo
que yo hago, no seré yo quien la determine, así que de nada serviría
preocuparme del tema.
-¿Sintió en algún momento de su carrera el
rechazo?
-¡Pienso que es
justamente el rechazo lo que nos hace artistas! Algún rechazo, alguna
dificultad, algún trauma tal vez, algo, lo que sea… Algo hay -o tiene que haber-
en la historia del individuo-artista que lo hace buscar una manera de
expresarse a través de algún arte para alcanzar alguna forma de aceptación, o
que lo lleve a incursionar en estos medios tratando de escudriñar alguna
respuesta que plaque su espíritu, aun
cuando el artista tal vez nunca sea consciente de ello. Usualmente parecen ser
motivaciones inconscientes las que nos llevan a desarrollarnos dentro de los
campos artísticos. Podemos identificar algunas cosas a lo largo de nuestras
vidas, pero probablemente sean siempre cabezas de icebergs ocultos dentro de
nuestra memoria ilegible. ¿Rechazos con respecto a mi obra o mi temática, o mi
oficio, o mi manera de ser o vestir? Ha habido muchos como también
aceptaciones.
-Se habla de un retorno a la pintura clásica
y se ven excelentes pintores contemporáneos ¿lo ve así?
-Yo no estoy
seguro de que haya realmente algún tipo de retorno porque de hecho jamás se ha
ido. Simplemente creo que se han abierto otros caminos artísticos tan válidos
los unos como los otros. Lo que sí pienso, es que el arte no puede ya limitarse
a un oficio puramente artesanal, plástico y aparente, sin un trasfondo
estructurado o un pensamiento conceptual que lo avale. Para mí la obra que se
basa solamente en la representación plástica no es más que una artesanía pero
no es arte.
-¿Cuáles serían, para usted, las
características de una buena pintura?
-Depende del
propósito de la misma o del fundamento teórico-conceptual desde el cual haya
sido elaborada. Diría, como frecuentemente les expreso a mis estudiantes, que
el único pecado real que existe en el arte es la falta de decisión o de
contundencia en la postura del artista, y obviamente de la obra misma.
"Sea lo que sea lo que uno quiera hacer, para que funcione, hay que hacerlo con carácter y con decisión, con profunda convicción y poniendo toda el alma en ello. Si esto se logra la obra será buena y honesta".
-Sus desnudos son eróticos y sensuales ¿siempre
fueron temas que le interesaron explorar?
-¡Ah como me
gusta esta pregunta! A priori te respondería que los desnudos son solamente
desnudos. La dimensión de erotismo y sensualidad que el espectador percibe o no
en ellos proviene de sí mismo y de su interpretación de la imagen que
contempla, mas no es el cuadro quien la dicta. Siempre he defendido que la obra
de arte, y más específicamente la bidimensional (dibujo, pintura, fotografía u
otros) es una especie de ventana, que abre hacia el inmenso paisaje subconsciente
de quien la observa: en realidad si hablamos de una pintura, lo que hay sobre
el lienzo es una serie de pigmentos aglutinados con alguna clase de adhesivo,
en matices y valores tonales variados. En realidad la pintura en si no
“representa” nada, y es el espectador quien asocia y nombra las relaciones
cromáticas que percibe con sus “archivos
mentales” para encontrarle sentido a la obra que observa.
Ahora la analizo como componente fundamental de la construcción de identidad (identidad de género y construcción de autoestima y personalidad) y de afirmación relacional.
"La dimensión erótica comenzó a ser un ingrediente que llamó mi atención dentro de mi campo de estudio".
Ahora la analizo como componente fundamental de la construcción de identidad (identidad de género y construcción de autoestima y personalidad) y de afirmación relacional.
-¿El público cómo reacciona frente a su
trabajo?
- He oído
personas debatiendo sobre el carácter violento-pasional de algún rojo en uno u
otro de mis cuadros, especulando sobre la tortuosa vida que debía padecer yo en
el momento de la creación, cuando
realmente la única razón para dicho rojo pudo haber sido el hecho de
haberlo encontrado de primero en el cajón de los oleos, o la decisión
estrictamente matemática de la escogencia de una gama armónica con
complementarios divididos donde el dominante fuera justamente el color en cuestión.
Ahora bien, con el tiempo el estudio del hombre (como entidad o especie y no como género) me llevó a mirarlo primero en soledad y luego de manera relacional, lo que creo que es una consecuencia inevitable, y comencé a estudiarlo entonces en parejas para analizar sus interrelaciones y codependencias.
"Mi interés por el desnudo se basó siempre en la búsqueda de quien o que somos, más allá de las convenciones socioculturales que nos esconden o constituyen nuestra apariencia social, y en ese sentido, la ropa es el principal elemento que enmarca la “imagen” humana en dichos contextos".
Ahora bien, con el tiempo el estudio del hombre (como entidad o especie y no como género) me llevó a mirarlo primero en soledad y luego de manera relacional, lo que creo que es una consecuencia inevitable, y comencé a estudiarlo entonces en parejas para analizar sus interrelaciones y codependencias.
-¿Recuerda la primera vez que se enfrentó a
una modelo desnuda?
-Fue a mis trece
años en el taller de escultura de Lucie Sentjens, en la Academia de artes de
Ixelles, en Bruselas (Bélgica).
No puedo decir que la experiencia hubiera tenido algún componente erótico porque a esa edad, el tema no había cruzado jamás mi mente (en serio, yo era un niño raro). La misión consistía en hacer una escultura (yo sabía hacer eso) igual a lo que veía (eso no lo sabía hacer, porque siempre lo había hecho con dibujos de libros de anatomía o de imaginación) y el hecho de mirar a alguien desnudo me incomodaba por pudor sociocultural más que nada. Este tipo de ejercicios se repitió cientos de veces a partir de ese día en la academia, hasta convertirse en algo tan natural para mí como comer paquetitos de comida chatarra en los descansos, al punto que aprendí a relacionarme con mis modelos de la misma forma que con las demás personas, sin considerar que estuvieran vestidos o no. Lo que hizo que la dimensión “erógena” del desnudo nunca hiciera parte de mi sentir a la hora de trabajar el cuerpo humano.
"Me dio mucha pena y fue muy difícil mirarla y a la vez disimular la vergüenza que sentía delante de mis compañeros de clase, todos adultos, de la academia nocturna".
No puedo decir que la experiencia hubiera tenido algún componente erótico porque a esa edad, el tema no había cruzado jamás mi mente (en serio, yo era un niño raro). La misión consistía en hacer una escultura (yo sabía hacer eso) igual a lo que veía (eso no lo sabía hacer, porque siempre lo había hecho con dibujos de libros de anatomía o de imaginación) y el hecho de mirar a alguien desnudo me incomodaba por pudor sociocultural más que nada. Este tipo de ejercicios se repitió cientos de veces a partir de ese día en la academia, hasta convertirse en algo tan natural para mí como comer paquetitos de comida chatarra en los descansos, al punto que aprendí a relacionarme con mis modelos de la misma forma que con las demás personas, sin considerar que estuvieran vestidos o no. Lo que hizo que la dimensión “erógena” del desnudo nunca hiciera parte de mi sentir a la hora de trabajar el cuerpo humano.
-¿Pero trabaja sólo con modelo en vivo o también
usa fotos?
-Trabajo tanto
como me es posible con modelos en vivo, y cuando por comodidad y tiempos no es
posible, trabajo a partir de fotografías que yo mismo tomo con mis modelos, por
lo general. Ha habido casos en los que una u otra imagen de internet me ha
seducido, y entonces he contactado al autor para solicitar su permiso para
trabajar a partir de ella o lo he hecho homenajeando al fotógrafo/musa, o
cuando contactarlo no fuese posible, he hecho sesiones fotográficas tratando de
reproducir lo que me sedujo de dicha imagen para poder pintarlo. Ahora,
justamente por lo del tema del erotismo, he estado buscando personas dispuestas
a ofrecer sus fotografías “selfies” hechas por ellos mismos para retomarlas en
pintura, estudiando el tema de la concepción que cada quien tiene del erotismo
y sus fronteras.
-¿Dónde estará el límite entre lo erótico y lo pornográfico?
-Otra vez; es
una frontera que depende del observador. Cada quien define los límites que
configuran ambos terrenos de maneras diferentes y por medio de criterios totalmente propios. Recientemente
(en los últimos seis o siete años) he querido explorar un poco esta frontera,
dado que ha sido frecuente que la gente, como tú, me pregunte sobre el erotismo
en mi trabajo. Una respuesta fácil sería que la diferencia radica en el nivel de exposición, es decir que lo
erótico sería aquello que de una u otra forma se sugiere o se insinúa mientras
que lo pornográfico se exhibe de manera explícita. Pero de ser así de simple el
problema, inmediatamente esto pondría toda forma de desnudo dentro de la
categoría de lo pornográfico y daría la razón a filosofías radicales como algunos
islámicos cuando claman que la mujer debería permanecer con el rostro y el
cabello cubiertos en presencia de los hombres porque si no serían vulgares
(pornográficas).
-También hay quienes esgrimen el argumento
que la diferencia radica en el buen gusto y criterio estético o artístico…
-Suponen tras
esa declaración que lo erótico y lo sensual requieren de “buen gusto” y que en
oposición lo pornográfico no, y sin embargo dentro de la industria de la
pornografía es innegable que existen grandes cantidades de imágenes y escenas
de gran calidad y gusto estético, y que también hay intenciones sensuales o
eróticas en la forma de expresarse, moverse, insinuarse o vestirse de algunas
personas, que realmente caen en una profunda vulgaridad a pesar de la intensión
sensual. Personalmente no tengo todavía ni la sombra de una respuesta que me
parezca medianamente satisfactoria al respecto.
"Afortunadamente la función del artista no es la de encontrar u ofrecer respuestas sino de hacer un énfasis en la relevancia de una pregunta, o de inspirar una reflexión con respecto a un tema, y este, el de la frontera del erotismo es justamente uno de los que estoy estudiando actualmente con el mayor interés".
Sobre el pintor:
Alfredo
Araújo Santoyo nació el 6 de noviembre de 1972 en Colombia. Está radicado hace
veinte años en la ciudad de Bogotá. Es maestro de Bellas Artes egresado de la
Académie Royale De Beaux Arts de Bruxelles.
Su trabajo puede verse en su cuenta oficial de Facebook: https://www.facebook.com/araujosantoyo y en las siguientes páginas web:
Sus gustos:
Un libro:
“La divina comedia” de Danta Alighieri
Un grupo de
música o un solista: Las rapsodias de Sergei Rachmaninoff
Un disco: “Khenatten” de Philip Glass
Una
película: “What dreams may come” (Más allá de los sueños, de Vincent Ward)
Un hobby: la carpintería
biogrfaia de alfredo araujo
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