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miércoles, 6 de mayo de 2015

Gustavo Toniutti: "En mi obra el instinto ocupa un lugar muy pequeño"


El artista Gustavo Toniutti explica en esta nota las diferencias entre el arte digital y el analógico. Además, señala la obra de su autoría preferida y menciona el cuadro que más le impactó. Y detalla por qué decidió dibujar a la musa perfecta. 

Por Camila Reveco
Periodista cultural con especialidad en artes plásticas
camilareveco.mza@gmail.com
Argentina

El artista digital argentino Gustavo Fabián Toniutti (1966) vive y trabaja desde la ciudad de Córdoba. Después de más de tres décadas dedicadas al oficio de dibujar, hace una década dio un giro importante al conocer las ventajas y maravillas que ofrece el mundo digital.

Alternativas todas nuevas que permiten -a través de la tecnología- alterar tamaños, colores, perspectivas e imprimir todas las obras que se quiera y en distintas superficies o tamaños.

A Gustavo Toniutti se le ocurrió inventar a una mujer que llamó Erika, “la que reina por siempre”. Erika es su Musa inquietante, el estímulo que lo lleva a la creación y la protagonista de todo su obra. 

Erika representa el prototipo máximo de belleza: curvas prominentes, “ojos y boca grande, labios carnosos”, como él mismo la describe.

Es una creación digital, -no existe-, o no existe al menos en ésta realidad, pero vive en la mente, en la vida interior, en los sueños más inconscientes y en el deseo infinito que tiene dentro suyo nuestra artista.

Lo cierto es que el arte digital y las nuevas tecnologías aplicadas a la estética han abierto una innumerable cantidad de debates nuevos -por ejemplo, la “pieza” única e irrepetible quedaría obsoleta- y se discute porque lo que está aconteciendo en el terreno de lo visual es una verdadera revolución de alto impacto.

Lejos de establecer una rivalidad entre lo digital y lo “tradicional”, es necesario destacar y distinguir la capacidad de oficio, la técnica y el talento de los que optaron por una computadora.

Como ejemplo está la obra de Toniutti que nos demuestra que el abanico de opciones que le brinda su programa de turno, sea Poser o Zbrush, resulta tan amplio e inagotable como la paleta de cualquier pintor.


-En su blog relaciona su trabajo a la pintura metafísica, ¿de qué se trata?

-Es el nombre de un movimiento artístico italiano que nace el 1916 y lo crea Giorgio de Chirico y Carlo Carrà tras un encuentro casual. Las obras de la pintura metafísica son básicamente representaciones de sueños -atmósferas oníricas-. Hay también yuxtaposiciones –aparentemente casuales- de toda clase de objetos. Representaron un mundo visionario que se entrelazaba con el inconsciente y todo aquello que está más allá de la realidad física. Por eso el nombre. Significó mucho para el posterior desarrollo del Dadaísmo y el Surrealismo. Lo interesante es que la pintura metafísica surgió del deseo de explorar la vida interior imaginada a partir de objetos cotidianos, muchas veces descontextualizados. Carrà y de Chirico yuxtaponían varios temas, incluyendo edificios, estatuas clásicas, trenes o maniquíes, por ejemplo. Hay además una especial atención a la idea de simplicidad. Así se intenta lograr un estado del ser más alto -y también más oculto- que se une a la cosmovisión que tuvieron las grandes figuras de esta primera gran etapa de la pintura italiana. En este estilo cualquier realidad ilógica parece creíble.

-Toda esa lógica, ¿cómo logra plasmarla en sus fotomontajes digitales?

-Lo que hago es una de-construcción de mi ciudad: incluyo sus edificios, lo escultórico, las fuentes de las plazas, etcétera, para ir creando un espacio, otro espacio. Ahí es donde encuentro la relación directa con la pintura metafísica en el sentido que voy uniendo objetos y creando una nueva realidad. El resultado plasma la visión interior de yo tengo de mi propio lugar.


-Erika es una creación digital: ¿Cómo surge? ¿Qué significa?

-Primero hice una recreación “metafísica” de mi ciudad. Después comencé a incluir algunos objetos creados con programas de 3D y por último –casi de casualidad- descubrí un programa muy específico diseñado para realizar figuras humanas (Poser). Fue en esa misma época que vi el animé de Mamoru Oshii: “El fantasma en la maquina” (1955) -una película ficticia en el Japón del futuro en donde la tecnología ha logrado que los seres humanos se conviertan en seres cibernéticos o robóticos gracias a que se ha incorporado a las personas chips, cables y todo tipo de instrumentos para volverlos seres híbridos o “Cyborgs” mitad humanos mitad máquinas. Uno de sus protagonistas habla de la perfección de las muñecas artificiales que son androides diseñados exclusivamente para el placer sexual. Así surge la idea de crear un personaje "perfecto": Erika, que fue adquiriendo más complejidad desde lo simbólico con el tiempo.







-¿Cómo es?

-Ella es bella, joven, está siempre dentro de ambientes degradados por el paso del tiempo. Es una manifestación de vida, de erotismo, de fertilidad, de sensualidad y deseo. Desde lo formal el rostro tiene rasgos que coinciden con mis gustos personales: ojos y boca grande, labios carnosos. Probé con agregarle "tatuajes" en la piel: insectos, flores, plantas, hasta que finalmente quedó una hoja seca. Su personalidad es contemplativa, tiene un carácter sutil, sereno.


-Arte digital: ¿arte o técnica?

-Así como muchos trabajos digitales no dicen absolutamente nada, también hay pinturas y dibujos que no producen la mínima reacción en nadie. No es la técnica: pasa por la persona que la manipula y la da determinada forma significativa. Las discusiones interminables en torno a si es arte o no, suelen ser producto muchas veces del desconocimiento, cuando no de una postura reaccionaria. En su momento hubo mucho prejuicio con la fotografía o el cine, que quizás tengan en común con lo digital, su relación con la publicidad y lo comercial. Los programas de 3D tuvieron -y tienen- un gran empuje gracias a la industria del cine estadounidense. Claro que allí se genera la sensación de que lo digital está al servicio de lo banal, del entretenimiento. Un uso distinto de quienes optamos por este medio para realmente expresarnos desde lo más sensible.







-¿Cuáles programas son sus favoritos?

-Uso Poser y Zbrush para el modelado de las figuras humanas. Para la creación de entornos y objetos utilizo Zbrush y para las texturas, iluminaciones, atmósferas y render utilizo Vue, un programa diseñado principalmente para crear paisajes y atmósferas. Los ajustes los hago con Photoshop: contraste, color, correcciones mínimas en la cabelleras o la piel. En mis trabajos las figuras son de tamaño natural -Erika mide 1,75-. Algunos lienzos son de más de 5 metros de alto.



-¿En qué imprime sus obras y cómo las inserta en el mercado?

-Imprimo en lona plástica con tintas al solvente -es lo que se usa en las cartelerías-. Hay otras impresiones sobre tela pero me mantengo dentro de la lona plástica. El Black-out tiene mayor duración, pero en principio lo que pida el cliente. El giclee es lo mejor en calidad que existe, puede durar 80 años antes del desvanecimiento del color pero no se usa generalmente porque es carísimo. Mis trabajos lo piden desde particulares hasta empresas. Lo digital generalmente se vende por afuera del circuito de galerías -en Córdoba al menos-. “Erika” todavía no está en el mercado, eso será para mediados de año.



-¿Cómo logra la armonía cromática? ¿Instinto o usa algún procedimiento?

-El color en mi trabajo pictórico está subordinado al dibujo. Generalmente trabajo formando grises cromáticos por anulación de complementarios utilizándolos como base para los demás colores. Pero siempre la imagen ocupa el primer lugar. En mi obra el instinto ocupa un lugar muy pequeño. Soy de planificar y elaborar croquis y bocetos. En mi cuenta de Facebook se pueden ver cada uno de los pasos de realización de mis pinturas: desde los croquis hasta el final. 


-¿Qué artistas digitales son sus máximos referentes?

-Admiro la obra de Oswaldo Mejia y de Max Sauco, por ejemplo. Veo trabajos de muchos artistas e ilustradores digitales, pero mis referencias a la hora de crear sigue siendo el arte clásico o moderno. No puedo decir que tenga un grupo de artistas digitales preferidos. Tengo sobre todo, un grupo de artistas visuales que siempre estudio: Max Ernst, René Magrite, Pieter Brueghel “el Viejo”, el Bosco, Dave Mckeen -que hace comic e ilustración digital-. Por supuesto Leonardo Da Vinci, Dominique Ingres, Dore, Jacek Yerka -pintor contemporáneo polaco, Jon Bauer o Hans Rudolf Giger. La lista es variada y larga.

-¿Qué tiene la pintura analógica que no tenga la digital? ¿Dónde están las diferencias y los puntos de encuentro entre ambas?

-La pintura analógica tiene la gran ventaja de lo matérico, las texturas, las transparencias. Ni las fotos de esas obras pueden reproducirlo. Lo digital tiene una enorme capacidad de corrección y mayor velocidad en la realización. Se puede cubrir con texturas o colores una superficie mucho mas rápido. Pero más allá de las diferencias, el punto de encuentro esta en la composición, el color, su significado conceptual. Una imagen es significativa por lo que dice y no por las herramientas empleadas en su factura. Es el gran punto en común que tienen todas las manifestaciones ya sean plásticas o visuales.


-¿Pero es más fácil dibujar de manera analógica o digital?

-He hecho dibujos casi hiperrealistas en lápiz y puedo decir desde mi experiencia que el dibujo digital es más difícil. Dibujar con la tableta implica mover la mano y el resultado se ve en la pantalla. No es como el lápiz o el pincel donde la punta trabaja directamente con la materia. Existe el lápiz electrónico que tiene una multiplicidad de funciones, lo que lo transforma en una herramienta muy compleja de utilizar. Pero de mis 32 años de trabajo en la plástica los últimos ocho han estado volcados a lo digital.


-Si tuviera que pensar en una pintura que siempre te haya causado profunda admiración, ¿cuál sería?

-Elijo “Vox Angelica” del alemán Max Ernst. La obra la hizo a los 53 años estando en Arizona, Estados Unidos. Me parece espectacular tanto desde lo compositivo, el color, el dibujo, como desde su conceptualización. Acá Ernst, reúne sus elementos pictóricos más característicos. “Vox Angelica” está formada por cuatro lienzos de 76 x 101,5 m. cada uno. Hay en total 52 pequeños cuadros que están perfectamente integrados en la composición final. El artista quiso hacer en este trabajo un resumen de su pintura al emplear todas las técnicas que le dieron fama: collage, frottage, dripping, calcomanía. También reunió sus temas más recurrentes y los mezcló con instrumentos geométricos, sacacorchos, bosques, serpientes enroscadas en árboles, etcétera. Por eso hay cierto tradicionalismo y una alusión directa al Renacimiento: en la unión de varios temas y técnicas diferentes en donde se representan objetos distintos entre sí ,que difícilmente se puedan relacionar de manera lógica. Ernst logró unir magistralmente la técnica con la representación. En “Vox Angelica” hay un contraste general de amarillo-azul. Se da también una estructura simétrica construida a partir de polaridades de luz y sombra. Se observa, entre tantas otras cosas, la Torre Eiffel y el Empire State, que simbolizan la "oscilación" del pintor entre París y Nueva York.

-¿Nos puede describir la obra que ha elegido para que ilustre su nota?

-Generalmente no le pongo nombre a mis obras pero llamemos a esta “Doble Instancia”. Representa una doble visión de Erika. La composición es simétrica, mantiene el equilibrio por medio de una tensión de formas. En la zona izquierda, el rostro forma un punto de tensión que equilibra las visuales y que contrarresta la escultura fuertemente centralizada y de colores mas saturados. Se generan recorridos visuales que van del centro a las figuras y complementan esa dirección los relieves simétricos de la pared. Ese recorrido es centrífugo en relación al interior del rosetón que funciona en forma centrípeta, se logra así mayor tensión visual.


Sus gustos:

Un libro: “El miedo a la libertad” de Fromm

Una película: “Mirrormask” o como se conoció en castellano “La máscara de los deseos”.

Un compositor: Giuseppe Verdi.

Un grupo de música: Queen.

Un hobby: Escribir cuentos cortos.

Sus pasiones: Las casas antiguas, los bosques de montaña, el silencio y la música, las mujeres, el cine, los libros, los lugares abandonados, las buenas conversaciones, los árboles, el cómic y la ilustración.


Contacto: 


Mail: gustavotoniutti@gmail.com


La entrevista se publicó en el suplemento de Cultura de Diario Los Andes (Mendoza-Argentina)

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