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domingo, 1 de febrero de 2015

Doménico Cirasino: Miles de millones




El artista plástico Doménico Cirasino dialogó sobre su visión del arte y el espacio del humor en su trabajo. El sexo, la violencia y la agonía como temas pilares a la hora de representar. “Pensar en la muerte me permite enfocarme con más pasión en el tiempo presente”, sostiene.

Por Camila Reveco
camilareveco.mza@gmail.com 
Argentina 

Así como en el Cosmos hay miles de millones de estrellas según el divulgador científico Carl Sagan (1934 – 1996), el joven artista plástico argentino Doménico Cirasino dice: “No tengo por qué gustarle a todo el mundo: eso nunca va a suceder. Por suerte hay miles de millones de personas más en el planeta con los cuales puedo compartir mi trabajo”. 

El joven artista plástico piensa no sólo en su obra, sino también en su tiempo. Tiempo en donde los géneros y las técnicas se imbrican. Tiempo presente que de ninguna forma garantiza evolución: “Nos gusta creernos en una sociedad abierta y moderna, pero no es así: una mínima carga sexual, genera alboroto interno en las personas”, expresa. Tiempos, en que el mendocino crece mientras forja su incipiente carrera y original propuesta. 

Las nuevas tecnologías le han dado a Cirasino la llave para sus creaciones. Por eso mismo se apropia de las más variadas técnicas para sus trabajos -en muchas, se formó de manera autodidacta-: grabado, animación en 3D, dibujo, escultura, gráfica y hace poco incursiona en la pintura. Realiza obras de distintos materiales con elementos interactivos. 

Espontáneo, visceral e inspirado en el humor absurdo y políticamente incorrecto de los Monty Python, aprovecha también la educación formal que le brinda la carrera de Artes Visuales logrando un dibujo impecable y manejando con frescura el color. Su estilo es atractivo, las temáticas curiosas y el resultado original. No deja a nadie indiferente. 

Poca producción pero de calidad. Argumenta que no tiene demasiado para subir a su web porque: “Sólo muestro lo que a mí me resulta más interesante o acabado”, y agrega: “Una vez escuche decir que el número justo de trucos que tiene que hacer un mago en escena, es uno menos del que el público espera”. 

Inspirado en la muerte y su complejo universo, el artista eligió a “Banshee 2.0” como su obra más representativa. Dramática, lúgubre, sorpresiva o esperada, sarcástica y errabunda: la muerte y su misterio está en el pensamiento y en el arte todos los hombres y de todas las culturas, como hace millones de años. También la muerte está presente en el trabajo de Doménico Cirasino. 


-Lo primero que recordé apenas me encontré con tu obra fue “El triunfo de la muerte” de Brueghel el Viejo…

-Yo también creo que hay elementos en común. Porque la lectura está llena de detalles que obliga a ver la obra más de una vez. Tengo siempre presente que a mí no me gustan los trabajos que pueden expresar todo su potencial simbólico y narrativo de un solo vistazo. Me gusta que el juego tarde un poco más en agotarse. 

-¿Cuál es el juego de representar a dos esqueletos teniendo sexo? 

-En mis obras los esqueletos son significantes de todo lo que es universalmente humano. El hombre desprovisto de cualquier lectura como la raza, la preferencia sexual, el género o la edad. Trato de ir a la estructura interna que nos unifica -que nos iguala- a todos. El hecho de que dos esqueletos tengan sexo entre sí me resulta una propuesta atractiva porque cada uno pone en esos huesos, la carne que su mente piensa o que su corazón siente y el cuadro se completa para cada espectador de forma particular.

-Hay trabajos humorísticos. El humor, ¿es una estrategia artística?

-No sé si es una estrategia artística. Pero el humor es importante en mí día a día y me gusta que eso quede presente en las obras. Tengo afinidad por el humor de carácter absurdo: en mi taller tengo una foto de todos los Monty Python porque me inspiran. Está claro que no soy una persona solemne. Me comprometo con mi trabajo y con mi rol, pero no desde la formalidad o lo académico sino desde la producción de imágenes que generen sentimientos o despierten pensamientos –en el arte todo eso, es una sola cosa-. Cuando expongo intento que la gente se sienta cómoda y para eso intento estar cómodo yo. El modo que encontré, por ahora, es hacer obras que tengan elementos interactivos porque a mí me gusta divertirme y no ser solamente un espectador pasivo cuando estoy jugando en una cancha de visitante.

-Tus muestras ¿tienen la “solemnidad” de muchas otras? ¿O son más “alegres”? 

-No sé si alegre es la palabra para describir las muestras pero solemnes claramente no lo son. No soy una persona solemne. Me comprometo con mi trabajo y con mi rol, pero no desde la formalidad o lo académico sino desde la producción de imágenes que generen sentimientos o despierten pensamientos –en el arte todo eso, es una sola cosa-. Cuando expongo intento que la gente se sienta cómoda y para eso intento estar cómodo yo. El modo que encontré, por ahora, es hacer obras que tengan elementos interactivos porque a mí me gusta divertirme y no ser solamente un espectador pasivo cuando estoy jugando en una cancha de visitante.

-La muerte ¿es un tema inspirador? ¿Pensás con frecuencia en la muerte?

-Sí, pienso con frecuencia en la muerte, pero también en la vida. Soy profundamente ateo y la muerte me genera una incógnita enorme. No tengo elementos para pensarla como un fin pero tampoco tengo garantías de que la historia siga. Así que pensar en la muerte me permite enfocarme con más pasión en el tiempo presente.


-Sexo, violencia y muerte son temas perturbadores que pueden resultar “peligrosos” para el ojo con prejuicios. ¿Has sufrido la censura?

-Muchas personas me han dicho que si quiero triunfar como artista debería trabajar con temas mucho más livianos. Yo no lo creo así. Canalizo lo que siento, ese es mi único trabajo y sólo cuando sienta otras cosas las temáticas cambiarán. Esta misma conciencia de la muerte, a mí no me atormenta… sólo me permite priorizar objetivos. El éxito es personal y de todos modos la respuesta que tengo de la gente es muy positiva. Nunca llegó alguien a romperme un cuadro, por ejemplo. Además, no creo que mi trabajo sea ni tan controversial ni tan ofensivo como para que alguien lo quiera romper. La idea es más bien sugerir ideas y no irritar a alguien en particular. La censura o el rechazo por parte de algunas personas existen, pero no lo sufro.

-¿Sos inmune al rechazo? ¿Un artista no necesita acaso de cierto reconocimiento?

-No soy inmune al rechazo, tengo ego y vanidad. Intento que el ego no sea el eje de mi vida, por supuesto, pero no siempre logro librarme de él. Ése es uno de los grandes desafíos del hombre y tengo toda mi naturaleza compartida con mi especie. Pero la verdad es que no me molesta que algunos rechacen la obra porque significa que hubo impacto. No tengo por qué gustarle a todo el mundo: eso nunca va a suceder. Por suerte hay miles de millones de personas más en el planeta con los cuales puedo compartir mi trabajo. Además, el rechazo genera más visibilidad para un artista. Se me viene a la cabeza León Ferrari, que sin ningún ánimo de compararme, me encanta su obra. Una vez un grupo de fanáticos religiosos le rompieron un trabajo que hablaba justamente del fanatismo religioso. Ferrari volvió a exponer la pieza rota y dijo que esas personas con su desmedida violencia completaron el concepto de la obra. Así quiero tomármelo yo.

-¿Por qué imaginas que puede resultar tan molesto representar temas la muerte o el sexo en pleno siglo XXI?

-Me parece -y esto lo digo de un modo absolutamente subjetivo y sin conocimiento de causa- que hay temas que la gente no quiere pensar. También creo que vivir en el siglo XXI no es garantía de encontrarnos con mentes más receptivas. Por el contrario: hoy hay más elementos que invitan al entretenimiento liviano por sobre la reflexión. Nos gusta creernos en una sociedad abierta y moderna, pero no es así: una mínima carga sexual, genera alboroto interno en las personas. 


-Has incursionado en una gran cantidad de técnicas. ¿Qué desafíos representa puntualmente la pintura?

-Eso es verdad, he incursionado en muchas técnicas -muy diferentes- pero todas compatibles. Tengo una formación académica ligada a la gráfica -producto del grabado- y una formación no académica en animación, modelado 3d y gráfica digital. Al momento de pintar, como es éste el último tema en el que me metí, el desafió es unificar las herramientas anteriores y encaminarlas a algo pictórico. Creo que la pintura me da más libertades que problemas. Igualmente todo apunta a trabajar de forma inter genérica: el bastidor aporta su encanto, pero ¿por qué no incluir leds u objetos dentro del cuadro?

-La ausencia de color podría resaltar cierto dramatismo en tu trabajo pero por el contrario, manejas una variada paleta de colores. 

-Me costó hacerme amigo del color. Trabajé muchos años usando blanco, negro y un poco de rojo… pero con el tiempo lo fui necesitando. Entendí la importancia del color y hoy es un elemento ineludible. No siento que agregar color reste impacto ni dramatismo, sino al contrario. Creo que aporta elementos nuevos, a veces acompañando la acción y a veces generando ruido mental o emocional por las asociaciones naturales que los colores tienen. 

-Noto influencia del polaco Zdzislaw Beksinski ¿Es cierto? ¿Qué otros artistas contemporáneos te influyen? ¿Laurie Lipton, por ejemplo?

-Zdzislaw Beksinski me encanta al igual que Laurie Lipton. Generan en mí una amalgama casi perfecta entre belleza y grotesco. Los admiro mucho porque llegan a generar fuertes improntas mentales y emocionales pero manteniendo una técnica impecable. Esa ejecución genera una materialización inmediata de escenas que pocos se atreven a mirar, pero que dejan una impronta imborrable. Me pasó lo mismo con Víctor Delhez.


-En tu web hay pocas obras ¿a qué se debe? 

-Mi página esta siempre en construcción, me gusta hacerla yo mismo y ya ha tenido muchas versiones. A medida que se sucedieron las versiones, me fui dando cuenta que no me interesa mostrar todo. Hay cosas que se perdieron en las mudanzas y me gusta que así sea. No me rodeo de mi trabajo: cuando termino algo, lo saco del taller para poder tener la mente libre otra vez. Lo mismo sucede con mi página… sólo muestro lo que a mí me resulta más interesante o acabado. Una vez escuche decir que el número justo de trucos que tiene que hacer un mago en escena, es uno menos del que el público espera.

-¿Qué opinión te merece la nueva corriente conocida como “el arte de la muerte” -impulsada por Damien Hirst- en donde se utilizan cuerpos sin vida –de animales y humanos- para las obras?

-Me encanta. Entiendo la controversia que genera, pero cualquier idea nueva genera controversias en mayor o menor medida. Todas las culturas tienen ritos funerarios y son parte importante del modo mediante el cual la gente asume la muerte de las personas que ama. Pero el planteo de Hirst no puede dejar de fascinarme porque él usa el cuerpo sin vida como material artístico y ese planteo conlleva implícita la idea de que el cuerpo no es la persona y que la persona que antes ocupaba ese cuerpo, ya no existe como tal. Pasó del mundo de los vivos, al plano de los objetos inanimados. Además es un ejemplo justo de como las categorías y géneros artísticos no existen en el presente. Sólo se puede entender el pasado, el tiempo presente es naturalmente confuso y cada cual, se declare artista o no, tiene que tener la posibilidad de expresar. 


-Explicanos el trabajo que has elegido para ser reproducido en esta entrevista. 

-“Banshee 2.0” es una obra que refleja intereses nuevos en mi trabajo, que de algún modo sobrepasan a la pintura. Como te comentaba me resulta muy difícil mantenerme en una sola técnica y tras pintar varios cuadros, se me ocurrió cortar un poco el bastidor y poner luz por detrás, para reforzar la idea. La inspiración viene de una leyenda irlandesa que narra como las banshees -espíritus femeninos a los cuales nunca se le ven los pies- le susurran a los familiares, cuando un miembro del clan está próximo a su hora final -para que puedan básicamente poner las cosas en orden y mantener el equilibrio familiar-.Siguiendo esta idea, trate de plasmar el momento en el cual este espíritu cosecha el alma de un hombre arrastrándolo de un plano de la existencia al otro. Me pareció interesante darle a la imagen una dimensión superior a la humana (220 x 70 cm) para enfatizar la magnitud del suceso y el sector de la tela que responde al hombre, ya en sus huesos, esta recortado permitiendo ver luz que emana del fondo. Entre la tela y el fondo hay una tramado de hilos que sostienen objetos que se quedan en este plano físico de la realidad. El color luz del fondo puede ser alterado por el espectador mediante un mando a distancia. 

“Banshee 2.0”, la elegida de Doménico

-¿Le temes a la muerte?

-¿Quién no? Creo que todos los mortales estamos íntimamente intrigados por el asunto y el peso de una intriga de esa índole; nos pesa mucho.

Sobre el artista:

Doménico Cirasino nació en Mendoza el 4 de junio de 1984. Artista plástico y modelador 3D, cursa la carrera de Artes Visuales en la Universidad Nacional de Cuyo. 

Sus gustos:
Un libro: “El mundo de Sofía” de Jostein Gaarder. 
Una película: “Matrix” de los Hermanos Wachowski
Un grupo de música: Judas Priest
Un disco: “Concerto grosso: The Seven Seasons” de New Trolls (2007) 
Una canción: “Beyond The Realms Of Death” de Judas Priest, del disco Stained Class (1978)
Un hobby: cocinar
Una frase: “A veces se gana y a veces se aprende”.

Contacto:
Fan page: Doménico Cirasino ARTE
Mail: mail@domenicocirasino.com


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