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viernes, 19 de agosto de 2016

Marian Adrian: “Mi obra no existe por mera ocurrencia o accidente”

El artista argentino, nacido en la provincia de Mendoza, se refirió a sus comienzos realistas y la impronta erótica de sus esculturas en cerámica, su especialidad. Su obra existe porque detrás hay un trabajo meticuloso y obstinado.

Por Lic. Camila Reveco
camilareveco.mza@gmail.com 
Argentina



“Mis obras tienen gran influencia estética proveniente de los maestros del cómic, como Frank Frazzetta, Luis Royo y Boris Vallejo”, sostiene Mariano Adrián García, mas conocido como Marian Adrian, el joven escultor argentino nacido en la provincia de Mendoza el 1 de abril de 1976. 


“Mi etapa de formación, fue de joven, ya en la escuela secundaria. Me llamó siempre la atención la escultura de la antigüedad griega clásica y helenística, sobre todo Miguel Ángel y Bernini”, cuenta respecto a sus inicios en el año 1989. 

Marian Adrian hace tres años se dedica full time a la escultura en cerámica, técnica que eligió porque implica bajos costos para la reproducción de piezas. “Podía ser resina con moldes de silicona, yeso con moldes de silicona, o cerámica -explica el creador-. El yeso era lo más barato de todo, pero con piezas de muy baja durabilidad y muy frágiles. Tanto la resina como la silicona son muy caras. Podría haber sido en cemento, pero nunca me gustó la idea de destruir el molde para sacar la pieza”, dice. 


-¿Cómo empezaste? 

-Cuando niño asistía a cursos gratuitos de pintura en el Teatro Independencia (en la ciudad de Mendoza). Hacía muchas cosas, dibujo, flauta, guitarra, karate, hockey, sin ser realmente bueno en ninguna, honrando al dicho "quien mucho abarca poco aprieta". No tengo nada guardado de esa época, pero recuerdo que no estaba conforme con los resultados. El estudio metódico del dibujo lo inicié en la Escuela Provincial de Bellas Artes, cursando la secundaria. Empecé con el dibujo realista haciendo copias de detalles, como manos, orejas, ojos, etc, tomados de fotos en lápiz. También aprendí como plantear una estructura básica, e investigué por mi cuenta cómo ubicar músculos en esa estructura, para obtener un resultado creíble. Mis padres nunca me pusieron ninguna traba y me brindaron mucha más atención de la que merecía, entre cuatro hermanas.




-¿Por qué no expones seguido?

-Por lo general no puedo juntar suficientes obras para hacer una muestra. Se me van antes. Tengo una lista de pedidos que cumplir. Y a medida que los cumplo aparecen nuevos, de aquí o allá. Alguien que vio una en Facebook, alguien que vio una en casa de un amigo o amiga. Eventualmente participo con una o dos, en alguna muestra colectiva. 



- ¿Qué impresión te causa el circuito artístico de Mendoza? 

-Estoy muy alejado del circuito de artes plásticas. Mi existencia actual pasa por el taller, mayormente.

-¿Estar “muy alejado” no te juega en contra?

-No sólo estoy alejado del circuito de venta tradicional, que apunta a compradores exigentes, también estoy alejado de sus exigencias, sin ir más lejos, de la exigencia de que cada obra deba ser única, o en el caso de ser seriada, que haya un número limitado. Ya he perdido la cuenta de cuantas copias he hecho de "Bastet", de "Kayla" o de la "Sirena Miriel". Y tengo la impresión de que me van a seguir dando trabajo durante mucho tiempo. La gente que me compra no va a los museos. Yo he llevado mi obra a donde está la gente, y la ofrezco a un precio accesible. Esto me ha dado mejores resultados.



-La unicidad de las piezas eleva muchísimo el valor

-Claro. Porque todo el trabajo de diseño y producción se vuelca en una sola pieza, pero eso dificulta enormemente la comercialización. Pasa a ser una excentricidad que solo pueden darse las clases pudientes. Entonces hay que armar todo un circo para poder vender una obra, y crear todo un discurso y una mística alrededor de un objeto, que justifique todo ese circo.

-¡Qué justifique el valor inusitado de algunas obras! 

-Si no hubiera manera de reproducir en cantidad las obras, bueno, estaría todo bien y se justificaría. Si no fuera por la reproducción de las cosas, ¿de cuantas cosas habría que privarse? Desde un lápiz a la computadora. Además básicamente a todos nos gusta lo mismo, y todos necesitamos lo mismo, con pequeñas diferencias según usos y costumbres. Entonces se puede producir un diseño de una obra que sea agradable para mucha gente. Pero no hacerle recaer todo el costo del tiempo invertido en diseñar esa obra a una sola persona. Para mí, es uso de sentido común.



-¿En qué reside la experiencia del arte contemporáneo y qué condiciones crees que debe reunir una obra para ser contemporánea?

-"El arte contemporáneo se caracterizó por negar el pasado y buscar una forma de expresión que rompiera con todo lo planteado hasta el momento". Mi obra no niega el pasado, ni busca una forma de expresión que rompa con todo lo planteado hasta el momento. Por tanto mi obra no pertenece a esta corriente. No sé cómo se hace arte contemporáneo, no me despierta ningún interés.

-¿Cuál te parece que es la frontera entre el arte ¨verdadero¨ y la mera ocurrencia?

-Lo que es arte o no es arte es una discusión dialéctica tan abstracta y lejana de la realidad y del pensamiento de la gente que en este punto, hay que ver si vale la pena preguntárselo, habiéndose aceptado como obras válidas cosas que son muy diferentes entre sí, y cosas que son muy diferentes a los grandes clásicos universalmente aceptados ¿De qué sirve decir en este momento que un objeto es artístico o no? Ya no existen parámetros bien definidos para asegurarlo. Yo no hago arte contemporáneo. Y mi obra se parece en gran medida a lo que, sin complicadas explicaciones, se entiende por arte. Lo que puedo decir es que mi obra no existe por mera ocurrencia o accidente. Desde los bocetos iniciales, pasando por el modelado, el diseño de moldes, y todo el trabajo de producción de instancias de esa idea original, todo ello da cuenta de un trabajo organizado y dirigido.




-Las mujeres que representas son muy sensuales ¿el erotismo siempre despertó tu interés?

-Si.

-¿Se puede saber por qué?


-Los artistas, antes que nada, son seres vivientes como cualquier otro, con los mismos gustos, apetencias y necesidades.

-¿Qué supone más desafíos a la hora de representar? ¿el cuerpo femenino o el masculino? 

-No puedo comparar porque no he hecho desnudos masculinos. Pero a lo largo de la historia del arte se han representado ambos. Los dioses eran hombres, las diosas, mujeres.





-A “Verónica” la trabajaste con tanto detalle que hasta representaste su sexo ¿Cuál es, en general, la reacción que tienen las mujeres cuando se ven tu obra?

-Me han comentado: "¿Por qué no las haces con ropa?", "¡Ah, viene con todo!", "¡Está bien tuneada!" (por las lolas). “Verónica” es en particular la que menos he fabricado porque siempre me quedo sin las otras antes, y las tengo que hacer de nuevo. Además, es la más difícil de vender entonces prefiero reponer las otras antes. Por lo que no he registrado reacciones. Pero con las otras mujeres representadas, como “Bastet”, “Dominique”, “Kayla” o “Miriel IV”, han dicho: "¡Mirá, ahí estás vos!" o "Yo estuve posando para esa" o "Mirá, te salió igualita a mí". También: "Es hermosa", "Me encanta", "Esta hermosísima..." "Que preciosura Marian... te felicito." "Por Dios ¡no puede ser más hermosa!" "Diviiiiiiiina" y otras expresiones que van en el mismo sentido.

"¿Por qué no las haces con ropa?", suele preguntar su público femenino


- A fin de cuentas se trata de que la obra comunique…

-Hablando del arte en general, se dice que se trata de que la obra comunique, porque a principios del siglo pasado, cuando se empezaron a hacer obras “no bellas”, en contraposición a lo que se venía haciendo, tuvo que cambiarse la definición para que abarcara estas nuevas maneras de hacer arte. Para que obras francamente feas o cuyo fuerte era su mensaje, pudieran ser consideradas artísticas, aunque ya no respondieran a ningún tipo de cánon o composición antes empleados. 

-¿Y en tu caso?

-Mis obras no están concebidas para comunicar nada. Son adornos lindos que combinan con los muebles y que en cualquier lugar quedan bien. O sea, están hechas para que se vean bien, para que toda persona que las vea, sienta esa sensación que se siente cuando se ve algo bello. Y las críticas que he transcripto más arriba van en ese sentido, en destacar la belleza que tienen. O sea que el trabajo está bien hecho.


-“Adornos lindos” ¿no estás sub valorando tu trabajo? 

-No, es lo que son. Cuando te comprás un par de zapatos, por más lindos y caros que sean, los seguís llamando zapatos 

-Entiendo que tus piezas puedan tener un uso decorativo pero compararlas con un par de zapatos me hace ruido. 

-Bueno, los zapatos son mejores que mis esculturas, porque aparte de lindos, son útiles. Mis esculturas sólo se ven lindas. Además la gente necesita mucho más los zapatos que mis esculturas. No es que puedan tener un uso decorativo, aparte de algo más. Es el único uso que tienen. Si las hiciera de silicona, bueno, ahí podrían tener otro uso. ¡Hay gente que me ha preguntado! 



-¿Por qué no las has hecho? Quizás así tus obras consigan otras funciones que ni un par de zapatos logre.

-¡Y así, además de lindas, serían útiles, y entonces sería un producto superior al que hago actualmente! (risas) Pero no es algo que se haga individualmente. Hay que instalar una pequeña fábrica y lidiar con muchas cosas para lo cual no me siento preparado. De hecho me bajé videos para ver cómo se hacen.

-La industria cultural y el escenario del "arte contemporáneo" ayudo a poner en la misma órbita al objeto artístico y al par de zapatos. Los zapatos incluso hoy pueden ser mágicamente obra de arte por el sólo hecho de ocupar un lugar en el museo. Pierden su función utilitaria, o al menos, la función para la cual fueron creados.

-En realidad no la pierden. Siguen siendo zapatos. Artificialmente se les asigna una función y un valor que naturalmente no tienen. Pero sí te acepto que pueden ser usados de esa manera para lavar dinero.




-Lavar dinero: ¿eso explica la esencia y la función del "arte contemporáneo"?

-En algunos países, uno puede deducir el valor de las obras que adquiere de sus impuestos. Entonces "compra" una obra por un valor altísimo que deduce de sus impuestos, pero en realidad arregla con el artista o el galerista un precio mucho más bajo.

-Por eso es una burbuja

-Lo que pasa es que las obras valiosas antiguas ya se han dejado de producir, porque los genios pintores ya están muertos. Entonces ensalzar a tal o cual pintor en la galería, para luego sobrevaluar toda una producción que pueda generarse rápidamente redunda en un buen negocio.



-¿La galería promueve y el museo consagra?

-No sabría decirte. En este momento hay mucha autogestión por parte de los propios artistas, que salen adelante como pueden. Por “consagración” el diccionario dice: “Ofrecimiento o dedicación de una persona, un lugar o una cosa a una entidad sagrada, mediante el rito adecuado”. ¿Qué significa consagración en tu pregunta? Si por consagrarse se entiende una aceptación o aprobación por el público en general, como ocurre en los deportes, el museo no te da eso. A la gente no le interesa lo que pasa por un museo. Sí puedo decir que estoy "consagrado" a la escultura cerámica, en el sentido de que es mi mayor interés y mi oficio.

-¿De dónde crees que nace el talento?

-Es lo que haya llamado tu atención en la juventud, en la época en la cual el cerebro está en etapa de formación, y formarte estudiando y trabajando en ello.


Los gustos de Marian Adrian:

Libro: La colección de libros de Parramón de dibujo y pintura

Grupo de música: Hooverphonic, Roxette y Markama

Un disco, una canción: Recomiendo escuchar las tres discografías completas. 

Una película: Me gusta ver los documentales sobre las estrellas. 

El escultor mendocino Marian Adrian 




Contacto:
Facebook: https://www.facebook.com/marian.adrian.4

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