Por Camila Reveco
Periodista cultural con especialidad en artes plásticas
camilareveco.mza@gmail.com
Argentina
Amar a la pintura como si se tratase de amar a una mujer: "Sacrifiqué todo por ella", "se convirtió en una obsesión", "sin ella no soy nada", son palabras del joven pintor español Eliseo Ferrándiz, nacido el 13 de agosto de 1981 en Alcoy (Alicante) y aprendíz del prestigioso artista también alcoyano Copérnico García Molla. Un artista hiperrealista que vive para pintar y el enfrentamiento a la tela conforma toda su existencia. Su obra se "lee" con facilidad y placer. Es una propuesta pictórica impregnada de fantasía, erotismo, eficacia y sutileza. La página oficial de nuestro creador explica: "Sus colecciones incluyen obras figurativas al óleo, pastel y grafito, destacando en todas ellas la búsqueda de la perfección en los detalles, aportando frescura con sus pinceladas, para potenciar la realidad, expresada en la belleza del cuerpo femenino. Además de su obra pictórica, Eliseo Ferrándiz enseña en su taller las distintas técnicas que él domina y actualmente está su proyecto por varios puntos de la provincia de Alicante".
-Un artista tiene como atributo básico la imaginación ¿qué sueles imaginar?
-Yo no trabajo por imaginación, no sé si eso me deshereda de la etiqueta "artista" (risas). Me muevo por emociones. Sí que es verdad que cuando tengo que realizar una exposición en concreto, pienso que es lo que quiero pintar para expresar lo que siento en ese momento de mi vida. En definitiva son esas emociones que yo siento, las que quiero generar sobre el espectador que ve la obra. Pero por lo general no soy un artista que imagine nada.
-Pero... ¿no imaginas ni siquiera las poses en las que vas a representar a tu modelos?
-No. Me imagino ganando la lotería... o imagino vacaciones en una isla desierta (risas). Pienso realmente que es un ejercicio en vano. No me genera nada. No creo que tenga nada que ver con la ley de la atracción... Pero si entiendo el concepto de la pregunta. Claro que antes de tomar decisiones, preparo toda una tormenta de ideas y de sensaciones para después materializar en un lienzo el trabajo previo.
-Sudor que recorre la piel, escotes, curvas prominentes, poses súper sensuales, tacos, maquillaje que resalta ¿sos fetichista?
-El término fetichismo hace referencia a una práctica religiosa que consiste en adorar o desear un objeto oculto o prohibido, es decir, un fetiche. ¿A quien no le gusta lo prohibido?
- ¿Qué será lo más importante al momento de dar clases? ¿Se le podrá enseñar, a los más jóvenes, pintar con el alma?
-Lo más importante debería ser que tengan claro los alumnos el por qué quieren aprender a pintar... Pintar un ratito para liberar estrés, o sacrificar tiempo y placeres para dar lo mejor de uno mismo (sólo para que el espectador pueda consumir cultura de calidad). Los más jóvenes pintan y punto... y es precioso lo que logran, porque no existe el ego, la envidia, ni el límite que te ponen las excusas. Creo que son los jóvenes los que pintan con el alma.
- ¿Cómo es la relación que tienes con tus primeras obras?
-Es una sensación agridulce. Me duele a la vista (risas), pero me generan ilusión, porque es evidente que ha habido un progreso, y ese progreso debe de continuar... Pero están ahí, y se los muestro al alumno para motivarlo.
-¿Para que sepa que se puede progresar ?
-Eso es. Los alumnos no son conscientes que se hace camino al andar. Ellos no lo ven, sobre todo cuando hay frustración.
-La frustración deja a muchos a mitad de camino supongo ¿dependerá del temperamento?
-Claro, por eso es importante saber para qué quieres empezar a pintar... La frustración es el amigo que te acompañará durante todo el camino. Dependerá de tus inquietudes.
-¿Qué crees que tiene que tener en cuenta un pintor que decide dedicarse de lleno a la pintura figurativa?
-Dibujo, dibujo, dibujo y dibujo... Trabajar eso todos los días entre tres a cinco años. Luego ya dependerá de la inclinación pictórica.
-¿Cuál ha sido tu relación con los géneros a lo largo de tu trayecto como pintor?
-Solo he tenido la inquietud de aprender acerca del realismo. Desde pequeño, solo he querido interpretar lo que veo. Y después siempre he buscado maestros que me enseñaran a perfeccionar la técnica. Respecto al hiperrealismo, soy un obseso de la perfección y necesito llevar cualquier obra a un nivel de detalle máximo.
-Tantas horas y horas concentradas en un sólo trabajo, puestas en cada detalle ¿Qué te ha dado esa capacidad de resistencia respecto al trabajo?
- La actitud y la disciplina, pero sobre todo el amor por la pintura. Obviamente te tiene que gustar... ¡qué digo!, te tiene que apasionar este mundo para estar más de ocho o diez horas cara a una tela.... El maestro que me enseñó hace trece años fue, Copérnico García Molla, me marco pautas muy simples de trabajo si pretendía que fuese enseñado por él. No quería que yo le hiciese perder el tiempo.
-¿Cómo era la rutina de trabajo?
-Me decía: "Si quieres que te enseñe tienes que estar a las ocho de la mañana en mi estudio todos los días, excepto los domingos". Salía a las once de la noche de su estudio. Almorzaba y cenaba con él. Así fue durante tres años. Me hizo equivocarme en todo lo que podía y cuando me llevaba al límite, me invitaba a abandonar. Muchos empiezan este camino pero sólo unos pocos llegan donde quieren.
-¿Cómo llegaste a Copérnico García Molla?
-Pues, mi madre de muy jovencita iba a su estudio a verle pintar y además era muy amiga de su mujer. Pero ella tuvo un accidente en la vista y por eso no se pudo dedicar, realmente pintaba mejor que yo. Parece que el gusto viene en el ADN. Yo a este señor lo he seguido toda mi vida, pero hasta que no tome la decisión de dedicarme a la pintura, él no me tomaba en serio. Hasta que me independicé y alquilé un apartamento en la misma calle donde vivía él.... Ahí le demostré que era esto lo que quería hacer. Lo sacrifiqué todo: familia, pareja, amigos. También dejé los dos trabajos que tenía por aquel entonces... entre semana mecánico y los fines de semana de camarero ¿te imaginas? Convertí a la pintura en una obsesión. Y valió la pena.
-¿Tienes obras que nunca te hayan terminado de convencer y que por eso mismo nunca las hayas expuesto?
-Las obras que no me han convencido, sin llegar casi nunca a terminarlas, han sido tapadas o tiradas a la basura. No puedo tener algo en mi estudio que no esté con ese mínimo de calidad que exijo a las obras.
-¿Cómo fue tu adolescencia? Suele resaltarse lo trágico de esa etapa pero también es un momento de brillantez.
-Mi adolescencia fue muy normal (risas) pero con la incertidumbre sobre qué hacer con la pintura: tomármelo en serio o dejarlo como un hobby.
-¿Has sentido en algún momento que hay “expectativas” sobre sus próximas pinturas? ¿La presión puede llegar a jugarle en contra al artista?
- Cuando preparo una nueva colección la presión y las expectativas me las pongo "yo" mismo. Necesito hacerlo bien y cada vez mejor, siempre mejor... Pero en ocasiones eso no ocurre por diferentes circunstancias. Todo lo que no sepas controlar, te supera y juega contra uno mismo.
-¿Has tenido periodos en los que te detuviste sin hacer literalmente nada? (etapas en las que quedaste “en blanco”)
- ¡Claro! Ahora mismo estoy sufriendo una de esas etapas. Me acabo de mudar hace poco y me he quedado sin estudio, en breve conseguiré uno (soy muy maniático con los espacios y si no me siento cómodo no puedo trabajar). Me dan mucha envidia mis colegas que se agarran el caballete y pintan donde sea. Yo necesito mi burbuja para estar concentrado y que nada ni nadie me saque de mi estado de inspiración. En definitiva, si no tengo mi espacio no puedo crear.
-¿De qué modo te ves como pintor de aquí a veinte años?
- De aquí a veinte años quiero verme igual. Trabajando en lo que me gusta... y con mi familia. No pido más ni menos.
-A muchos pintores las muestras o los premios les sirven para fijarse plazos. En tu caso ¿cómo funciona?
- Está bien ponerse fechas y los concursos o muestras se encargan de ponerte las pilas. Pero el arte, el verdadero arte, nace y se hace con calma y en el mejor estado del artista. Como todo, requiere de su tiempo. En los concursos presento casi siempre obras que ya tengo hechas, pues te dan plazos muy cortos, y la media de tiempo que yo tardo en hacer una obra es de dos a tres meses. Con las muestras pasa lo mismo.
-¿Qué le aporta el arte a tu vida?
-No me aporta nada porque creo que en esta vida uno recibe si da. Yo vivo para el arte. La pintura me completa como persona, sin ella no soy nada.
-Con una mano en el corazón... ¿¿¿puede un “palo de escoba” ser obra de arte???
-Con la mano en el corazón... un palo de escoba ¡es un palo de escoba! Así que ¡no!, ¡no es una obra de arte! Hace un par de años vi en una galería una "escultura" que se trataba de un retrete lleno de papel higiénico... con estos ejemplos está claro que la palabra compuesta por "arte contemporáneo" hace tiempo que se desvirtuó del concepto de arte que se ha conocido desde las pinturas rupestres.
-¿Se ha transformado la función y la apariencia de los museos?
-Bueno, el mundo cambia y los museos también. Pero el Museo del Prado o el MEAM de Barcelona, son lugares en los que no importa el "museo" en sí, sino la calidad de las obras que hay en su interior.
-Hoy los pintores conviven con gente dedicada a la performance, el ready-made y tantas otras propuestas de dudoso valor estético ¿Hay ganadores y perdedores en este escenario?
-No creo que se traté de ganar o perder. Todo dependerá tanto del marketing como de la calidad. Pero hoy si tienes influencias importantes y poder económico no te para nadie: vendes todos los palos de escoba que quieras a precios insultantes.
-¿Hay algún otro campo que te gustaría explorar para sacarle el jugo a tu creatividad?
- La cocina. En casa siempre cocino yo, es otra de mis pasiones. Si algún día me toca hacer un pollo, no quiero hacerlo como ya lo hice antes, intento inventar una salsa nueva o la guarnición debe de ser complementaria a esa salsa (risas) ¡Me arriesgo a que mis amigos no vuelvan a casa a comer!
- Por último, si tuvieras que elegir una pintura clásica para tener en tu casa ¿Cuál sería y en qué parte la pondrías?
-Me colgaría en mi estudio la obra: la joven de la perla de J. Vermeer. Esos ojos me transmiten lo que "yo" quiero conseguir en mis obras, el deseo "prohibido"...
La elegida de Ferrándiz
Sus gustos:
Un libro: Cualquier libro de Dale Carnegie, por ejemplo: "Como ganar amigos e influir sobre las personas"
Grupo de música o solista: Norah Jones
Un disco: "Come Away With Me"
Una canción: "Come Away With Me"
Una película: "Modigliani"
Un hobby: Jugar con mi hija Nuria
Contacto:
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