Comenzó a pintar de forma profesional recién en el 2004 pero tiene una prolífera obra: más de tres mil cuadros. Llegó a la capital trasandina desde Concepción con la idea de generar colectivos artísticos. “No se ha perdido la pintura, lo que se ha perdido es el contenido, el sentido, el “para qué”, dice. Interpelador y agudo, el artista visual chileno se refirió no sólo a lo que implica trabajar en grupo, sino también a la impresión que le causa el circuito del arte contemporáneo.
Por Lic. Camila Reveco
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¿Qué creen ustedes qué es ser artista? Se preguntó el pintor español Pablo Picasso. “Es un ser político que vive pendiente y consciente de todos los acontecimientos que ocurren en el mundo y reacciona ante ellos. La pintura no existe sólo para decorar las paredes de las casas. Es un arma que sirve para atacar al enemigo y para defenderse de él”.
El artista Luis Alberto Hidalgo Bastien -integrante de la Asociación de pintores y escultores chilenos -APECH- y Director de la Sala de arte Galería Mackenna- retoma esta definición y promueve una forma de trabajo colectiva junto a la historiadora de arte Gisela Sanhueza y un variado grupo de artistas, entre quienes se destaca Claudia Adriazola, Carmen Valle y Rodrigo Cociña.
A través de cada propuesta, siempre autogestiva, salen de sus preocupaciones individuales (y de sus talleres) para reflexionar sobre las posibilidades del presente. De esta forma, buscan refundar prácticas sociales atravesadas por la fuerza creativa, y establecer nuevos montajes colectivos de enunciación. Aquí no se intenta resaltar el Yo. Por el contrario, lo que vale, es la producción de un foco grupal de discurso. Lo urgente, está dado por la forma en que los artistas se relacionan con su contexto y el entorno para plasmarlo en una obra que verdaderamente aporte a la práctica artística-estética. “Necesitamos pinturas poderosas”, asegura Luis Alberto, y advierte: “La pintura puede ser una herramienta letal, pero no está siendo usada, porque hay un vacío intelectual a causa de la pintura de consumo”.
En la actualidad, está interesado en abordar la problemática del agua y puntualmente las aguas del Mapocho. El proyecto se titula “Asuntos del agua” y pretende, a mediano plazo, reunir más de 250 pinturas sobre la temática.
Influenciado por el Grupo Grisalla de Concepción -compuesto por artistas de excelente oficio reunidos los 90-, Luis Alberto Hidalgo Bastien, según palabras de Jaime Petit, “afronta la pintura como una disciplina replegada al taller, a la academia, indiferente de los contenidos de una moda tecnológica que hoy se desarrolla (…) Transita con una obra entendida como una armonía visual hacia la belleza de un mundo de afrontamiento visceral”. La suya, es una obra plagada de color, figura, signos, símbolos y espacios abstractos en medio de “atmósferas viscerales y signos terrosos”.
La pintura como herramienta de lucha política, y el compromiso con el tiempo que nos ha tocado vivir, son las premisas que atraviesan el discurso de este pintor de formación autodidacta, respecto al arte, y la vida.