Lejos de la soledad que la gran mayoría de los artistas plásticos experimenta desde su taller, el argentino Hernán Ricaldoni pinta arriba de los escenarios y al ritmo de bandas de rock en un contexto plagado de energía y éxtasis total. Un pintura llena de vitalidad y fuerza; expresiva y totalmente espontánea.
Por Lic. Camila Reveco
camilareveco.mza@gmail.com
Argentina
“Nací en Buenos Aires, vivo en Necochea -¿Qué pienso del lugar dónde nací? -Que tenemos una idea europea de la construcción de la ciudad, que tiene algo de romántica… y que arquitectónicamente es maravillosa. Si viene un turista de cualquier lugar de Latinoamérica seguro que queda impactado. Ahora, si viene un europeo, va a buscar otra cosa…lo propio del tango, su nostalgia y melancolía; eso es lo auténtico y lo más digno que tenemos para mostrar. Aunque lo que a mí me genera ruido de vivir en Capital Federal es la necesidad de parecerse al otro”. Lo dice el artista plástico Hernán Ricaldoni, que nació el 13 de diciembre de 1975 y está radicado en Necochea, en la costa atlántica argentina.
Un artista que definió su vocación por la pintura con tan sólo quince años y se recibió más tarde de Profesor de Artes Visuales. Su particularidad es que pinta en vivo y con público presente, -también lo hace desde su taller- y trabaja mayormente junto a bandas de rock, aunque además ha tenido la oportunidad de estar junto a grupos de Austria e Inglaterra involucrados con la música clásica y con el jazz. En esos casos, reconoce que su experiencia "ahí arriba" no resulta ser tan “física” y no vive la noción de “identidad”, como sí le sucede, por ejemplo, junto a “Bersuit Vergarabat”, emblemática banda del rock argentino: “Con ellos, ahí arriba estamos todos vibrando y pensando en lo mismo, sobre todo lo siento con sus temas más sociales y políticos; me identifico tanto con lo que dicen que entonces me siento muy cómodo”, confiesa Ricaldoni.