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lunes, 15 de febrero de 2016

Héctor Acevedo: Bajo el silencio de los sueños

Entrevistamos en exclusiva a Héctor Acevedo; el artista plástico peruano se refirió a su búsqueda estilística y al panorama pictórico de su país, entre otras cosas.

Por Camila Reveco 
Periodista cultural con especialidad en artes plásticas 
camilareveco.mza@gmail.com 
Argentina 

"Para entrar en los sueños del hombre, hay que ser hombre" 

Consciente de las demandas que impone el actual mercado artístico y lejos de tentarse por propuestas ligeras que estén de moda, el artista plástico peruano Acevedo se mantiene fiel a la pintura figurativa; cuida el oficio y logra que todo su mundo plástico se comunique y llegue al público de forma directa, sin la necesidad de interlocutores. La obra del creador latinoamericano se defiende por sí sola. “El arte conceptual intenta acabar con el arte tradicional, según expresan algunos de sus seguidores, por lo que me obliga a estar en total desacuerdo porque para un artista plástico tradicional la obra es el resultado de muchos años de estudio e investigación, años de perfeccionamiento de la técnica”, de esta forma piensa Héctor Acevedo, nacido en Lima en el año 1963. 

Estudiante arrepentido de Ingeniería Civil, el artista se inclinó a mediados de la década del 80, por los lápices y pinceles y cursó sus estudios formales en la Escuela Nacional de Bellas Artes. 

Ha trabajado desde siempre con los mitos, rituales tradicionales y aspectos propios de su cultura desde una mirada onírica, privilegiando el mundo de los sueños y el inconsciente, dándole especial protagonismo a las sombras y la noche. Las mujeres que representa no tienen boca, permanecen calladas, pero sus posturas y sobre todo sus miradas son las responsables a la hora de expresar sentimientos y emociones. ¿Qué buscan? ¿Qué piensan? Aparecen además acompañadas por animales, nubes, árboles, pájaros, hojas de coca, paraguas y casas; a veces surge una figura masculina desdoblada. Son ambientes silenciosos, surrealistas y mágicos en donde prima un “especial interés en la expresividad del color y la armonía, sin duda, los pilares de lo que es mi obra actual”, sostiene el pintor. Un artista sorprendente con una obra llena de revelaciones, de clara impronta latinoamericana, que mantiene viva a la pintura y la llena de fuerza. 

jueves, 11 de febrero de 2016

Uri Negvi: "Mi pintura es la historia de una búsqueda eterna"




En una entrevista que no elude la polémica, el pintor uruguayo Uri Negvi, radicado en Argentina, se refiere al arte contemporáneo. Vivimos tiempos de “transgresión barata e inútil” y los artistas se “politizaron”. En resumen, “estamos presenciando el deterioro de más de cinco mil años de cultura de la humanidad”, dice.

Por Camila Reveco
Periodista cultural con especialidad en artes plásticas 
camilareveco.mza@gmail.com
Argentina

“Vivo en Buenos Aires hace dieciséis años y después de vagar mucho por el mundo, creo que este es mi lugar final”, explica el artista plástico Uri Negvi -nacido en Montevideo, Uruguay en el año 1949- y que antes de radicarse en nuestro país vivió en Israel, Canadá, recorrió junto a su obra ciudades como Torino y Lucca de Italia, así como también París y San Pablo... ¿Cómo llegó a Argentina? le preguntamos y responde: “La historia de cómo llego a Buenos Aires es una novela (…) Pero lo simplifico diciéndote que fue por causa de una mujer que hoy es mi esposa”. 

De esta forma comienza la entrevista con el polifacético artista plástico, exponente de la “Escuela del Sur”, taller creado por el destacado pintor, profesor, escritor, escultor y teórico del arte uruguayo, Joaquín Torres-García (1874- 1949). 

La enseñanza que se impartió en esta escuela se destacó por estar dotada de una identidad artística sudamericana que incorporó todos los elementos propios de nuestra geografía. Ya a mediados de la década del 40, el Taller Torres-García, si bien no era una institución aceptada "oficialmente" en el vecino país, se había convertido en un centro de enseñanza de arte reconocido y allí se organizaban exposiciones, conciertos y distintos tipos de conferencias que permitieron establecer lazos culturales importantes entre Montevideo y Buenos Aires. El testamento teórico que dejó Torres-García, “Universalismo Constructivo”, ha sido de gran trascendencia para distintas generaciones de artistas plásticos. Si bien este profesor mantuvo siempre una postura crítica con respecto a la enseñanza formal, reconocía ante todo que para el pintor era esencial conocer su oficio. Negvi también se mantiene reticente sobre el asunto: “Lo que se enseña ahora en las facultades de arte es a “producir” pero no se enseña a pensar, a crear; no se enseña porque para aprender todo eso, se tiene que nacer con cierta predisposición y trabajarlo durante toda la vida”, opina y destaca al igual que Torres la necesidad de profesionalizarse para mejorar la técnica y depurar el oficio. 

El universo pictórico de Uri Negvi, heredó de su maestro la fusión de complejos y distintos componentes. Su explosiva paleta rioplatense se manifiesta no sólo a través del color, aporta además un sabor y textura particular gobernada por los amarillos, ocres, negros y azules.

Ha incursionado en múltiples técnicas y materiales y ha atravesado diferentes épocas. La obra entera de este creador infinito, afirma que lo profundo de su búsqueda radica en la función metafísica del arte más allá de la meramente estética. 

Interpelador y agudo, Negvi -que hoy también dicta clases desde su taller- demuestra con cada una de sus palabras ser un artista íntegro, apasionado y sensible con el medio, comprometido con la época que vivimos. “El arte – dice el pintor - siempre ha sido crítico y ha tenido una postura confrontativa ante las desigualdades sociales y las injusticias. En cambio, en estos días, el arte se politiza en busca de su propio beneficio… Igual soy optimista. La historia destruye todo lo que es falso, como también la mentira con el correr del tiempo”.


- Pareciera que hay dos universos en su obra –o dos etapas-; uno más figurativo y otro más abstracto-surrealista… 

-Creo que hay un montón de etapas, por suerte. Soy una artista que experimenta y que se profesionaliza constantemente, como buen discípulo de la escuela Torres García. Ya casi no hay discípulos…. yo he aprendido casi todas las técnicas, desde cerámica, grabado, collage, pintura y escultura. Pero lo que más he aprendido es que una artista debe estar en la búsqueda constante y para mi hoy no hay mayor diferencia entre lo figurativo, lo abstracto o lo surrealista. Créeme, mi vida ha sido y es un surrealismo. 

- Su trabajo figurativo es bien “ciudadano”, tanguero incluso. Se respira Buenos Aires a fondo…. 

-Para mí no es tanguero, no lo pensé así. Pero una de las tantas riquezas que tienen las manifestaciones artísticas es que el espectador transforma la obra en lo que ve y deja de ser lo que el artista propuso. Tengo una serie de cuadros -es la que llevé a Lucca, ciudad de la Toscana en Italia- que se llama “Follia Hurbana” -Locura urbana- y trata sobre la crudeza que se vive en las grandes ciudades, esa parte si respira a Buenos Aires y si no estoy en Buenos Aires extraño muchísimo esa “follia” -que en definitiva llevo yo en mi vida- ¡Pero sin tango! para drama ya tengo el mío propio, no necesito más. 



- ¿Por qué será que el tango fascina tanto como temática artística? 

-A mí el tango no me fascina y no lo tengo dentro de mi problemática.

"Como uruguayo que soy más me perturba lo conceptual de la vida y sus orígenes. Creo que el tango pertenece más al argentino, al igual que el puerto y otras cosas momentáneas". 

- Su trabajo más abstracto me recuerda sobre todo a Miró, pero también a Paul Klee ¿reconoce influencias? 

-No lo veo de esa forma, aunque me sentiría orgulloso si fuera así. Creo que mi trabajo actual es una idea espacial que surge del trabajo con los objetos. Esos círculos que se fueron formando en los objetos dieron lugar a la interpretación de células y esas células se volcaron a la tela. Dentro de esas células surgieron elementos de vida… como espermatozoides. Hace justo un año, junto con esas células, espermatozoides y relatos místicos, ha empezado a surgir la creación con la simbología africana. Es la historia de una búsqueda eterna. 



- ¿Cómo nació su interés por el dibujo y la pintura? 

-Mi inquietud nace porque un vecino pintaba y yo cuando salía a la calle lo veía porque dejaba el garage en donde trabajaba abierto. Eso fue cuando tenía seis o siete años, no sé bien… pero era muy chico. Más tarde frecuentaba una biblioteca que estaba en el mismo edificio en que mi padre tenía su negocio, esto en Montevideo. Ahí pintaba y dibujaba hasta que un día gané un premio que organizaba una agencia de publicidad y fue el acabose: no dejé más de pintar. 

-¿Qué recuerda de aquel pintor de garage? 

- No sé si alguna vez supe su nombre, vivió justo frente a mi casa. Pintaba con una túnica blanca con muchas manchas de pintura y fue que él quien me regaló su paleta… Yo me quedaba parado mirando lo todo lo que hacía. 



- Educar la sensibilidad de un niño es fundamental; para muchos un encuentro casual con una obra puede determinarles el rumbo… 

-Te cuento algo que la vida me ha regalado -el Barbudo se ha portado estupendamente bien conmigo-. Hace unos cuantos años yo tenía con mi señora un vivero en Caballito, justo al lado de un colegio. Ahí mismo funcionaba también mi taller, tenía mi horno de cerámica, una sala de exposición, incluso un bar en la parte superior. Todos los mediodías, cuando salían los niños más pequeños del colegio, había uno en particular, un pelirrojo de pelo muy cortito, que pasaba con su padre por el taller y se paraba un largo rato frente a una obra que la llamé “La Fisgona”. Al padre le comenzó a dar pudor y tomó como medida cruzar la calle y pasar por la vereda del frente. Pero cuando llegaban a la esquina, el niño lo tironeaba y lo traía nuevamente para mirar el cuadro. Un día lo vendí y cuando él llego por supuesto, la obra ya no estaba… lo increíble fue que en aquel momento se puso a llorar terriblemente y cada día volvía para ver si estaba. Le tuve que explicar que ya no tenía el cuadro y le dije que le pintaría otro para que pase a verlo. Lo pinté, lo colgué en el mismo lugar que el anterior… el pequeño vino, lo miró con atención y nunca más regreso. Mira lo importante que es el arte; y lo que marca o puede generar. 

-La anécdota no hace más que corroborar el impacto que el arte tiene en el desarrollo de los niños (no sólo en su desarrollo intelectual, sino también para adquirir habilidades sociales y trabajar ciertos rasgo de la personalidad) pero paradójicamente son muchos los adultos que se escandalizan frente al desnudo de una pintura, por ejemplo, y censuran por pudor con el discurso de preservar la moral de los más chicos. 

-Los adultos la mayoría de las veces hacemos con los niños, mejor dicho con nuestros hijos, cosas que satisfacen nuestras frustraciones y que no velan por la felicidad plena y llana que el niño necesita.

"Los prejuicios son nuestros y se los trasladamos a los niños, así como también nuestras desinhibiciones, pensando que esa postura nos hará mejores padres". 



-¿Qué habrá sido, por otro lado, de tantos grandes genios de la pintura si quienes se encargaron de su educación les hubiesen prohibido acercarse al arte? 

-Creo que los grandes genios, son eso “genios” y no han necesitado ni necesitan de quienes los educan para llegar a la meta que se fijan. Por suerte son elegidos por la naturaleza para conservar la raza humana, si esto no fuera así, hace rato largo que hubiéramos desaparecido. 

-¿Vio lo que ha pasado en Roma? Taparon a sus estatuas desnudas para no sonrojar al presidente de Irán. Las esculturas del Museo Capitolino fueron escondidas tras altos paneles blancos ante el encuentro de Hassan Rohani con el primer ministro italiano ¿Cómo entiende la censura en el arte? 

-Esto no es más que otra muestra de la falsedad a que está siendo sometida en todos los sentidos la humanidad. Para cuidar determinados intereses se es capaz de cualquier cosa con tal de no ver afectado el objetivo buscado. Total las masas olvidan –son flacas de memoria-; pero el arte siempre ha sido crítico y ha tenido una postura confrontativa ante las desigualdades sociales y las injusticias. En cambio, en estos días, el arte se politiza en busca de su propio beneficio… Igual soy optimista.

"La historia destruye todo lo que es falso, como también la mentira con el correr del tiempo. Posiblemente no veremos caer algunos falsos relatos y posturas pero otros sí. De todas formas, leyendo un poco la historia de la humanidad, sabemos del derrumbe de todo lo superfluo". 



-¿Por qué cree que se ha “politizado”? 

-El arte siempre ha tenido, como todo en la vida, una postura ideológica sobre la política. Lo que yo creo es que esa postura debe ser crítica, no debe dejar de ver las desigualdades y lo más importante: no tiene que importar el gobierno de turno. Cuando uno como artista entra a apoyar un gobierno en particular deja de ser crítico y entra en un camino peligroso. Es una idea personal. 

-¿Hacia dónde cree que viró el concepto de “arte”? ¿Qué significa para usted? 

-El concepto de arte está muy desfigurado en lo que se refiere a las artes plásticas. Creo que ya sería tiempo de ir creando otro espacio donde tuvieran cabida sólo los pensamientos y las ideas, pero en donde la realización de todo ese imaginario no sea necesario.

"Estamos presenciando el deterioro de más de cinco mil años de cultura de la humanidad. A esto le sumo el vil y terrible mercantilismo del arte en todas sus expresiones". 



-¿Qué opina del escenario artístico de Buenos Aires? 

-El arte en Buenos Aires lo veo justamente muy politizado y se vive un momento donde se ha puesto en discusión qué se entiende por arte. Este problema no atañe solamente a Argentina, es mundial. Pero por estas latitudes se confunde mucho más ya que se ha perdido la personalidad y la necesidad del éxito inmediato se ha instalado. De todas formas creo que todos aquellos reales amantes del arte y sensibles más temprano que tarde harán que sucumba todo lo frívolo de hoy que daña tanto en la escena artística. 



- “La necesidad del éxito inmediato” sobre todo abunda entre los artistas más jóvenes, con ganas de figurar, que demuestran una urgencia terrible por exponer lo que sea; sin importar conseguir una obra coherente y madura. El ambiente artístico peca de cierto snob y frivolidad ¿está de acuerdo? Se alejó de la bohemia para llenarse de flashes y champagne… 

-Totalmente de acuerdo. Lo que importa hoy es el “ahora”, el “ya” y cuanto más inmaduro seas, mejor para el canibalismo social.

"Lo que se enseña en las facultades de arte es a “producir” pero no se enseña a pensar, a crear; no se enseña porque para aprender todo eso se tiene que nacer con cierta predisposición y trabajarlo durante toda la vida". 

No se logra pagando una matrícula. La situación que vivimos es penosa porque a la gente se le pone una zanahoria al frente, con el nombre de facultad, y se le dice que cuando la alcancen llegarán a la gloria. 

-Muchos creen que ciertas escuelas o facultades de arte ya no enseñan a dibujar. Les han dicho a sus alumnos que abandonen los lápices y pinceles porque ahora “todo es arte” y “todos somos artistas”. Recuerdo a Duchamp: "Les tiré el urinario en la cara y ahora lo admiran por su belleza estética” -lo dijo cincuenta años después de su ocurrencia- ¿Qué cree? 

-Hace no mucho me encontré con una cita que ilustra el problema: “Cada palabra alguna vez fue un poema.” Es de Ralph Waldo Emerson, un autor a quien nunca le había puesto la más mínima atención porque, irónicamente, pensaba que solamente trabajaba con palabras. El mercado capitalista nos enseña que si un objeto puede ser vendido como arte, es arte. Esta descripción, culturalmente cínica, oscurece una realidad mucho más profunda. Esta realidad es que el propietario del contexto último de la obra de arte determina su destino y su función. La propiedad del contexto, que es una de las formalizaciones del poder, es un hecho político. Esa propiedad es tan fuerte que incluso las manifestaciones que son subversivas, son rápidamente comercializadas. 



-¿Cuál será el límite? 

- Hoy en nombre del arte todo vale, todo vale para lograr algo de publicidad. No importa lo que dañemos. Todo termina siendo una transgresión barata e inútil y de ésta forma se están formando los nuevos artistas. Esta es la novedad que tendremos en el próximo ArteBA. Es tal la necesidad de figurar en esta maquinaria de “creadores de productos” que arrojan las facultades de arte, que no se tiene reparo ante nada. Y acá hay culpables.

"No hay inocentes de buena fe dentro de este escándalo que es el “arte basura”. Me burlo de lo que ha pasado con esta parte de la historia del arte porque no quebraron ninguna regla". 

Fueron premiados, reconocidos por la elite de la crítica y los mercantes del arte…. Pero no hay límite alguno. Todo vale. Pongo un calamar en un par de zapatos ¡y es premiado! Pongo un andamio de obra ¡y es premiado! Cuelgo una tela rota y me dicen que es una gran propuesta, le sumo una piedra; me preparan un texto curatorial incomprensible… ¡y es premiado, y me dicen que es arte! Siento a dos personas frente a frente para que se miren ¡y también es arte! Espero que llegue el momento en que los responsables recapaciten y hagan de lo conceptual un recurso con reales sentimientos y profundidad. Y aquellos que tienen la responsabilidad del cuidado, difusión y estimulación del arte… no permitan este estado de destrucción. 

-¿Qué opina de la época del Instituto Torcuato Di Tella acá en Argentina? Fue un momento en el que habían muchos artistas becados. El lugar creo que no tuvo malas intenciones. Todavía mantiene entre la gente la idea de tratarse de un lugar de vanguardia para gente vanguardista… 

-En ese época vivía en Israel pero se bien de qué se trata. El Di Tella fue producto de toda una movida mundial, que vino junto al pacifismo, los movimientos hippies… y buscó un cambio en la sociedad en lo referente a la confrontación de ideas libertarias y políticas. Esto también se suscitó en el plano del arte. Fue un recuerdo de rebeldía, hermosa rebeldía que trajo consigo cambios sociales. Pero en el arte trajo falsas posturas carentes de algún necesario cambio de fundamentación. Snob.



-¿Qué puede decirnos del escenario artístico de Uruguay? 

-Creo que Uruguay goza de una escuela de pintura propia que se ha enraizado y ha dado buenos frutos. Al día de hoy sigue teniendo como problema su baja natalidad y también la pérdida de algunas costumbres culturales. Pero su arte es valorado cuando llega a la madurez necesaria, tanto dentro como fuera de sus fronteras, y esto sin lugar a dudas, permite el crecimiento. 

-Por último, si tuviera que pensar en una pintura que siempre le haya causado profunda admiración ¿Cuál elegiría y por qué? 


-Creo que el Guernica es palabras mayores en lo que a arte se refiere. Primero por su autor, alguien a quien admiro por ser único. Él, para mí fue quién revolucionó la mirada y búsqueda en el arte, investigador y fiel representante de su época. Nadie, ni nada se le puede comparar, con él aprendí a ver lo que no se ve, la síntesis del arte, lo espacial, y la representación única del momento histórico que vivió. Ahora ¿por qué? el Guernica, por la historia de esta obra, por lo que representa y por la denuncia del holocausto que se cometió y su construcción. Mantiene una unidad y respeta todas las leyes visuales de la pintura. Y por último la economía del uso de la pintura, sus blancos, negros y grises son de un uso tan limitados que nos guían a un dramatismo único, a una desesperación que grita, deja en primer plano el grito y la crispación de sus manos bajo una lámpara que da una pobre iluminación al igual que el momento poco iluminado que la humanidad pasaba. El Guernica, tiene toda la protesta posible, toda la denuncia necesaria, y el anticipo de lo que vendría. Los alemanes le preguntaron a Picasso quien había hecho eso, refiriéndose a la obra y Picasso les respondió: “Ustedes hicieron eso”. Podría escribir eternamente sobre esta obra, pero lo sintetizo diciéndote que Picasso y esta obra son puntos de partida básicos en el arte, quién no los entienda o comprenda no ha comprendido qué es el arte para la humanidad. 

Sobre el pintor: 


Nombre: Uri Negvi.

Fecha de nacimiento: 15-11-1949

Lugar de nacimiento/Lugar en el que está radicado: Montevideo, Uruguay. Radicado en Buenos Aires.

Estudios formales: Técnico en cultivos intensivos y extensivos. Taller Guillermo Fernándes y Nelson Ramos. 

Premios Obtenidos: 


-1995 Club Naval, Montevideo, Uruguay 

-1995 ACAC, Bienal de Salto, Montevideo, Uruguay 

-1996 Premio Club Naval, Montevideo, Uruguay 

-1996 Banco Hipotecario del Uruguay 

-1998 Galería Latina, Montevideo, Uruguay 

-1998 Fundación Médica del Interior, Montevideo, Uruguay 

-1998 Banco Hipotecario del Uruguay 

-2002 Universidad de Palermo - Museo Nacional de Bellas Artes- Buenos Aires- Argentina 

-Además: Premio Banco Hipotecario Uruguay, Museo Pissarro Paris- Salón de otoño París, Salón de otoño San Pablo 

-Colecciones Privadas en Argentina/ Brasil/ Canadá /España/ Estados Unidos/ Francia/ Israel/ Uruguay



Los gustos de Uri: 


Un libro: Los poemas de Pablo Neruda

Un grupo de música o un solista: Johann Sebastian Bach

Un disco: Yo-Yo Ma interpretando a Bach.

Una canción: Muchas ninguna en especial, tengo muchas que me acompañan.

Una película: “La vida es bella” (1997, del director Roberto Benigni)

Un hobby: Vivir a full



Contacto: 



Mail: urinegvi@gmail.com 

Clases con el pintor


lunes, 8 de febrero de 2016

Javier Jiménez Sánchez-Dalp: Instantáneas del destino humano


Entrevistamos al dibujante español Javier Jiménez Sánchez-Dalp y conversamos sobre el arte del retrato, la especificidad que implica trabajar con biromes y el momento de encuentro con el espectador, entre otras cosas. 

Por Camila Reveco 
Periodista cultural con especialidad en artes plásticas 
camilareveco.mza@gmail.com 
Argentina

"El dibujante nos da una de las grandes "instantáneas" del destino humano. Ha sensibilizado el instante decisivo de la leyenda. El dibujo concentra todos los comentarios del psicológo". 
Gastón Bachelard.


Arquitecto de profesión, el artista español Javier Jiménez Sánchez-Dalp (1964) empezó desde muy pequeño a dibujar. “Creo que esa condición me vino dada al nacer y la potencié gracias a que mis padres, cuando tenía ocho años me apuntaron los sábados a unos talleres de dibujo y pintura en Sevilla”, recuerda el dibujante y agrega: “Mi primer encargo digamos formal me lo hizo mi propio padre cuando tenía catorce años para hacer el retrato de mis dos últimos hermanos -somos doce-. En casa los diez primeros -yo soy el quinto- teníamos un retrato a grafito de un reconocido retratista sevillano. Él pensó que yo ya estaba preparado, confió en mí y así fue como realice mis dos primeros retratos. Desde entonces es la faceta que más he practicado y en distintas técnicas”. 

El impulso por parte de su familia marcarían su determinación por volcarse de lleno al universo de lo creativo desde niño e incursionar a lo largo de su desarrollo por distintas disciplinas. Así fue como Javier Jiménez Sánchez-Dalp decidió emprender el arduo camino del dibujo -al que se dedica de forma exclusiva hace diez años- y explorar el difícil y laborioso arte del retrato a bolígrafo; tratando siempre con cuidado la luz y las formas, el color y la composición. 

Inspirado por eventos inesperados, fenómenos imprevistos o gestos descubiertos, el artista, ha logrado con gran sensibilidad y talento eternizar esos momentos que no han sido reconocibles a través de la palabra pero que él, con su birome, capta para colmar de emociones y sentimientos. “El arte como expresión personal del artista tiene muchas vertientes -expresa Javier-, una obra puede tener un fin de denuncia, de pensamiento, de estado de ánimo e incluso simplemente de impresión o de abstracción, pero yo diría que el más alto porcentaje son intentos de atesorar lo bueno de la vida que vivimos”, cierra. 

El retrato, que adquiere su significado moderno en el Renacimiento y que como expresión artística aparece ya en el siglo V A.C. sobre las monedas de los reyes persas, ha sabido mantener su vigencia diferenciándose por su magia particular de la fotografía, práctica tan extendida actualmente entre todos nosotros. 

Los rostros que elige Javier Jiménez Sánchez-Dalp para sus potentes retratos, son el reflejo de la época que vivimos y la consistencia que tiene su trabajo plástico aporta a la permanencia de esta especialidad.