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sábado, 6 de junio de 2015

Lorena Mont: La irrefrenable necesidad de mirar el mundo


Desde Palmira, Mendoza, el trabajo creativo de la fotógrafa Lorena Mont. Su formación, su manera de trabajar y sus nuevos proyectos.

Por Lic. Camila Reveco
camilareveco.mza@gmail.com
Argentina 

Romanticismo y pasión son las palabras que emanan de todos los lugares a los que puede llevarnos la fotografía de la argentina Lorena Mont (1982). A partir de un estrecho vínculo con la literatura, la mendocina (comunicadora social de profesión) inició su carrera en el plano de las artes de forma autodidacta. “He tenido ayuda de grandes fotógrafos, quienes, desinteresadamente me han guiado”, reconoce. 

Ávida lectora, su medio de vida es la docencia. Vive y trabaja en Palmira, la pequeña ciudad de San Martín que la vio nacer. Lorena Mont vive con su cámara colgada al cuello esperando ese “segundo mágico”. Observa la porción de mundo en la que le toca vivir y desde allí registra el mundo entero. “Me despierto diariamente con el canto de un gallo y en el día me acompañan por la calles los chivitos de enfrente. Chocos y niños correteando…”, describe. 

Recortes que esconden sus pasiones, sus miedos, verdades o mentiras. Recortes que susurran soledades inundadas de silencio. Recortes en los que abundan tantas otras abstracciones melancólicas que saca sin pausa de la poesía que más la inspira. “Alejandra Pizarnik, es una poeta a quien admiro profundamente”, admite. Foto fuerte, intensa y femenina. Foto de mujer profunda y segura. Foto que cubre el cuerpo como si se tratara de una tela de seda. 

La artista, en esta entrevista, relata cómo nace su irrefrenable necesidad de mirar el mundo a través de su cámara. También se refiere a su trabajo creativo y la relación con la literatura.

-Siendo comunicadora y docente ¿Qué te llevó a incursionar en la fotografía?

-Comencé hace varios años un taller literario y el profesor recuerdo que en una oportunidad me dijo: “Escribís con imágenes”. Esa frase quedó haciendo punta en mi cabeza. Pasó un tiempo y se me enfermaron los ojos –me diagnosticaron glaucoma-. El pronóstico que me dieron al principio no era alentador porque peligraba mi vista. En la desesperación de pensar que podía quedar ciega me fui corriendo a una librería a comprarme decenas de libros. Empecé a leer con obsesión. También comencé a pintar y me compré luego mi primera cámara de fotos, una Nikon. 

-Se trató de un intento desesperado por aferrarte a imágenes…

-Todo era parte del mismo plan: miremos todo lo que tengamos que mirar, hoy. Luego… la situación se estabilizó, al menos ya no había señal de alarma. Pero a partir de ahí me incliné por la fotografía. Me sedujo tanto que comencé a estudiar de distintos libros, a mirar tutoriales. He tenido ayuda de grandes fotógrafos, quienes, desinteresadamente me han guiado.


-¿De qué forma se relacionan la literatura y la fotografía en tu trabajo? ¿Lo primero influye y determina lo segundo? 

-La literatura fue quien me mostró que existen infinidades de universos. Me enseñó a mirar: pero no mirar como quien se ve al espejo en las mañanas, mirar penetrando. Tratar de buscar eso que se esconde detrás de todo lo que los demás ven a simple vista. Cuando se vuelve espontáneo ese ejercicio de sensibilidad y se encuentran “escenas” ¿Cómo no contarlas? ¿Cómo no compartir esa belleza? ¿Cómo no gritarlo? Es ahí cuando tenés dos opciones: o sacás el anotador como lo haría un escritor, o sacás una cámara de fotos, como lo hice yo. Pero los dos elementos tienen el mismo objetivo, intentan representar la realidad de una manera “fantástica”. 

-A Julio Cortázar justamente, le parecía curioso que fotógrafos como Cartier-Bresson o Brasai definan su actividad como una aparente paradoja: la de recortar un fragmento de la realidad, pero de manera forma que ese recorte sea una explosión que abre una realidad mucho más amplia. 

-Nuestra memoria es una sucesión de fotografías. Recordar un momento es ver una foto fija, un recorté finísimo de nuestra historia. Aquello que parece una exigencia me parece por el contrario una ventaja si hay capacidad de síntesis. Una fotografía puede ser una historia. Tiene tiempo, atmósfera, ritmo, tono, personajes… El reto está en combinarlos de tal forma que el espectador “vea” a partir de ese recorte algo que está mucho más allá.


-Tus fotos ¿Qué muestran de tu historia personal, de tu pasado?

-Todo. No hay expresión artística que no hable de uno. Somos memoria. Mis fotografías muestran cómo escribo, qué escucho, qué leo, qué sueño y a qué le temo. 

- ¿Sos una persona solitaria?

- Sí, soy una persona solitaria. Me gusta la soledad y el silencio. Disfruto muchísimo viajar sola y estar en contacto con la naturaleza. Los momentos se vuelven eternos y siento que puedo crear con más profundidad. 




-Dijiste “recordar un momento es ver un foto fija”. El fotógrafo se ve exigido a escoger una imagen -y sólo una-. El cuentista debe elegir un solo acontecimiento la hora de narrar…

-La fotografía debe provocar lo que tiene un cuento para llevar al lector hasta el final: un gancho. La foto provoca algo así como una “explosión” en los ojos que invita a ir un poquito más allá. Como sucede en un cuento: un buen cuentista sabe resolver eso en el primer párrafo. La imagen abandona su apariencia real para ser representada en un mundo más amplio y lleno de percepciones. El fotógrafo puede crear mundos literarios con un simple click. 

-¿El ojo se educa o la sensibilidad es un don innato?

-Creo que la sensibilidad se nutre -a lo largo de nuestra vida- de todo aquello que nos rodea. Somos todo lo que hemos percibido desde la infancia. Ahora, también creo que la sensibilidad no se puede expresar en todos los ámbitos... Quiero decir que no somos buenos en todo. Cada uno tiene habilidades para determinadas áreas, habilidades que tendrá que detectar, desarrollar y profundizar. 


-La fotografía luchó por el reconocimiento durante un mucho tiempo para ser tomada en serio como arte. ¿Cuál será su lugar hoy?

-Creo que muchos conceptos han cambiado porque el arte se ha re significado y el mundo corre a mayor velocidad. Por eso mismo la inmediatez de la fotografía le juega a favor. El número de fotógrafos crece, pero sus universos no se chocan.

-Hoy hacer una foto linda es “sencillo”. Quiero decir: el photoshop y la tecnología en general permite hacer tanto retoque…

-Hacer una foto linda es sencillo. Todos sabemos qué hacer para que “sea todo lindo”. La tecnología retoca digitalmente lo que antes se lograba en forma manual. La manipulación es la misma. No existe la fotografía no manipulada. Desde que planteamos un encuadre, elegimos una u otra cámara, uno u otro lente, una u otra velocidad, estamos manipulando ese instante supuestamente real. Por eso creo que la realidad no existe y la fotografía con edición está bueno que exista.



-Entonces ¿qué te parece que debe reunir un fotógrafo actual para ser realmente bueno?

- Me imagino que debe diferenciarse manteniendo su estilo y siendo fiel a su impronta sin preocuparse en las modas. Debe ser auténtico. Pero que esa diferencia no deber ser producto de un acto forzado. Ser distinto es una consecuencia, no un fin. 

-En tus archivos se ve tanto fotografía documental como artística ¿En qué lugar te sentís más cómoda?

-Comencé con fotografía documental y durante mucho tiempo fue lo que más me atrajo y en dónde también más cómoda me sentí. Hoy por hoy la fotografía artística me apasiona como nada, ni nadie.

-Hay una notoria ausencia de retratos ¿por qué?

-Realmente no me encuentro. Los veo estáticos. Como que… en el retrato está todo dicho e intento decir otras cosas.

-Pero ¿no te parece el retrato un campo de estudio inagotable y un lugar -además- ideal para afrontar desafíos importantes? 

Creo que los desafíos van surgiendo sin que uno los premedite. Seguramente la motivación aparecerá en algún momento y le encontraré la arista inspiradora. Quizás la próxima serie sea de retratos, Quien te dice...

- ¿Cómo es Palmira, la ciudad en la naciste y en donde vivís? 

-Palmira es una ciudad muy pequeña. Siempre me llamó mucho la atención el ferrocarril y su atmósfera de óxido y abandono. Sus casas bajas, mi abuelo tornero y su taller y el viejo zapatero pegadito a la estación. Palmira si fuese música sería un tango. Vivimos en un pueblo con mucha marginación y delincuencia y un olvido que la fomenta. Pero aun así veo siempre a niños jugando a la pelota en el medio de la calle como cuando lo hacíamos nosotros, aquí en el mismo barrio. Me despierto diariamente con el canto de un gallo y en el día me acompañan por la calles los chivitos de enfrente. Chocos y niños correteando y un gran puñado de gente que la pelea diariamente, porque acá a veces todo está muy lejos. Palmira viene siendo el lugar que hoy elijo para vivir y en donde tengo a mis afectos más cercanos, pero no si es mi lugar en el mundo. A veces me imagino más cerca de la montaña, con menos ruido. 




-Describinos la fotografía que has elegido para ser reproducida en esta entrevista

-Elegí “Cruce”. Esta fue una de las primeras fotos que tomé con mi cámara réflex. Hace ya casi dos años y es mi preferida. Fue el puntapié inicial, el primer poema. Estaba, personalmente, en la necesidad de elevarme en plena encrucijada. Apareció “ella” que era un yo desdoblado, enmascarado. Porque “ella” si bien no se ve, no deja de mirarse. La tomé en el piedemonte mendocino, justo en la cumbre de una pequeña colina. Sentí una pequeña brisa y cómo los pies se entregaban. A partir de ella he realizado dos series, una más personal y otra inspirada en Alejandra Pizarnik, es una poeta a quien admiro profundamente.


- ¿Cuáles son tus desafíos próximos?

- Estoy en un proyecto colectivo con cuatro fotógrafos amigos, a los cuales admiro profundamente como artistas y personas: Carlos Leandro Henriquez, Pauline Vingoud, Guadalupe Castro y Maxi Castro. Con ellos planeamos muestras y publicaciones sobre diversas temáticas. Individualmente estoy trabajando en dos series: “Mendoza a contraluz” y “Onírico”. La primera es sobre paisajes mendocinos y la otra son imágenes recreadas a partir de una serie de poemas que llevan el mismo nombre. Sigo con la venta de mis fotos enmarcadas o impresas en canvas o lienzo. 

Sobre Lorena:

Lorena Mont es argentina y vive en la ciudad de Palmira, Mendoza. Nació el 7 de enero de 1982. Profesión: Fotógrafa. Licenciada y profesora en Comunicación Social por la Universidad Nacional de Cuyo.

Gustos:

Un libro: “Árbol de Diana”, de Alejandra Pizarnik

Una película: “Der Himmel über Berlin”. Traducida como “Cielo sobre Berlín”, de Wim Wenders (1987)

Un grupo de música o cantante: Pink Floyd

Un disco: Yendo de la cama al living, de Charly García (1982)

Una canción: Barro tal vez, Luis Alberto Spinetta 

Un hobby: Leer/Escribir/Pintar

Contacto: 

Fan page: Lorena Mont 
Twitter: @lorenamontt
Mail: lorenamont1@gmail.com

ArteBA 2015: A falta de talento, un baño de glamour




Finalizó el domingo 7 ArteBA, la feria más importante del país e incluso de Latinoamérica, según dicen. Un evento en donde reina el fashionismo y la falta de creatividad. La opinión de “los otros”: los pintores "marginados", que no están en las ferias, y que siguen apostando por la técnica y el oficio en este confuso escenario de múltiples tendencias.


Por Camila Reveco
Periodista cultural con especial en artes plásticas 
camilareveco.mza@gmail.com
Argentina


ArteBA 2015: La feria fue un verdadero desfile por el que pasaron celebridades, seudo celebridades, y aspirantes a celebridades de tido tipo: una jungla de farándula, políticos, funcionarios y exponentes varios de la vanguardia artística de nuestro país -como Marta Minujín, nuestra “Dalí en mujer", según ella.
En su edición 24, volvió a mostrarse como lo que es: una feria snob y elitista, que tiene como misión entretener al público que asiste como si recorriera un gran parque de diversiones a lo Walt Disney.
Si ArteBA es como dicen, el síntoma de esta época, entonces vivimos una época muy pobre.



ArteBA 2015. Participaron en esta edición 81 galerías. 


¿De qué se trata? Se trata de un evento tan vistoso como poco original que para este año la "Fundación sin fines de lucro" contó con acuerdos de empresas como Cabinet, U-TURN Project Rooms by Mercedes Benz, Solo Show Zurich, Photobooth CITI y Barrio Joven Chandon.

Cuatrocientos cincuenta, expositores que representan a ochenta y un galerías de América y Europa, se presentaron con sus ready made, happening e instalaciones de lo más absurdas, rindiéndole un homenaje eterno a Marcel Duchamp y dejando, como es lógico, completamente de lado a la pintura y en un rincón a la obra de artistas de la talla de Antonio Berni o Xul Solar. 

ArteBA 2015 comenzó con un tremendo papelón que delata su esencia. En su intento por mostrarse innovadora, los diseñadores de la feria fueron denunciados públicamente por pagliar el spot de la presentación oficial a la campaña de FIAC 2012. Tuvieron que bajarlo y salieron a dar todo tipo de “explicaciones”: “Nos entusiasmamos con la referencia”, dijeron. ¿Vieron de lo que les hablo? No tienen ni siquiera intenciones de disimular su obscena banalidad.


Todos quieren ser Duchamp

¿Quienes expusieron? La gran mayoría es un grupo de “artebabeados" a los que venden como "artistas jóvenes emergentes" que año tras año, también se entusiasman con las referencias que dejaron los falsos vanguardistas que estuvieron el año anterior, y el anterior y el anterior.

Todos y cada uno, no hacen más que copiar impunemente a aquellos artistas que ha comienzos del siglo XX si supieron patear el tablero y "romper" con los estilos del pasado, con la gran diferencia de que los desafortunados imitadores del siglo XXI no tienen una postura definida hacia el arte o la estética y mucho menos una postura de su papel en la sociedad. No les interesa ni la lucha, ni el combate, ni el enfrentamiento ¿A quienes provocan?
Sus causas son frívolas: quieren que la gente los vea como "artistas", como seres "especiales" y diferentes al resto, pero sin talento alguno. Mientras más figuren en ArteBA o cualquier feria de similares características, mas "posicionamiento" van a tener, por eso persiguen una presencia sistemática.

(Arriba) La ganadora: Premio adquisición Chandon, de este año.  Obra de Valeria Maggi: "Sin título" - Óleo sobre tela - 200 x 150 cm. 


La familia esta feliz de tener a un artista en casa...

(Arriba) El galerista Juan Carlos Bendana-Pinel con obra de Giancarlo Scaglia en su galeria. Mercedes Benz.


"El escritor" de Mauricio Ianes en la Galeria Vermelho.


¿Hay excepciones? 

Claro que sí, como en todo. Habrá alguno al que se le cae una idea. Hay muestras de talento, o al menos de trabajo, pero son sólo eso: excepciones. También hay artistas realmente buenos, que están ahí sin representar el espíritu snob de la feria, como el caso del escultor mendocino Chalo Tulián, invitado por el Museo de Arte Moderno de Ciudad que hace dos años consecutivos participa del evento. 

Pero... ¿en qué tenemos que sincerarnos?

Sucede que bajo las falsas premisas “Todo es arte” y “Todos somos artistas” -hay que ser muy ingenuo para creer que realmente es así-, reina la improvisación absoluta y la falta de creatividad y esfuerzo.

Triste espectáculo el de estos expositores que tienen la necesidad imperiosa de auto denominarse artistas con propuestas que nada tienen de reflexivo, consciente y mucho menos de crítico ni con la propia obra ni con la época que vivimos. Tampoco son obras "osadas", señores especialistas en arte. Lo más osado e ingenioso son los discursos curatoriales.


¿Yoko Ono? No, es una obra de Luz Maria Bedoya en Document Art Gallery Citi - ArteBA 2015.


Gabriel Baggio en la Galeria Slyzmud - ArteBA 2015. 


Osvaldo Romberg en Galeria Henrique Faria.

Los "Sin título" abundan y este es un caso. Título: "Sin Título" - Máximo Pedraza - ArteBA 2015


Falsa vanguardia. Pabli Stein con su obra en Proyecto A Arte Contemporáneo.


Sorprende que en general se trate de gente joven (los “treintones” abundan) y que muestren una urgencia tremenda por exponer. No les importa que tan depurada sea su propuesta, que tan compacta y coherente sea su obra. "Si uno mira la historia del arte verá que la calidad plástica llega con la experiencia", dijo el gran Macció, en el marco de la feria, decepcionado por lo que sus ojos veían. Estos jóvenes estarán amparados por el ingenioso discurso de los curadores que justifica cualquiera de sus propuestas. Por eso pueden nadar en un océano de inspiración (?) orgásmica y el ArteBA les permite, por un ratito, creerse en la cresta de la ola. Cuanto antes expongan y más figuren ¡mejor!: más oportunidades tendrán para estar en las revistas de peluquería, tomar champagne paseando por los salones, lucir look extravagantes con raros peinados nuevos y de gozar, claro, de una muy efímera fama porque para la próxima feria nadie sabrá quiénes son ¿Alguno recuerda el nombre de un performer del ArteBA 2014?
¿En qué momento el arte se volvió tan elitista, frívolo y banal? 
De todo lo que ofrece este evento, lo que menos nos queda en la memoria son los nombres de sus expositores, porque lo que menos le importa a la gran maquinaria del “arte contemporáneo” son los artistas.
El circuito elitista al que responden y al que deben adorar es el único que la pasa realmente bien. Son los que se quedan con la gran porción de la torta ¿Para el artista? Apenas un mínimo porcentaje… Pero bueno, ¡a no quejarse! sus amigos y familiares seguirán diciéndoles que son "bárbaros", que lo que hacen esta "buenísimo". Otra cosa: al primer comentario negativo saltan ofendidos (es gente muy susceptible) : "Si no te gusta, no hablés", "Si no entendés, no ataques". Ellos sólo quieren halagos. 

Pero no se puede tapar el sol con un dedo: este ArteBA decepcionó y lo dijeron muchos. 

Y si nuestra feria glam, con sus críticos glam y curadores glam, de galerías glam, no les da cabida a los mismos expositores para el año próximo... no olviden que siempre se puede aspirar a otros destinos aún más top que el nuestro y en el EX-TE-RIOR ¿Por qué no el Artexpo en Nueva York? (ahí sí que está la meca) ¿o la Art Basel en Miami?

¿Osado? ¿moderno? ¿interpelador? - “Pragmatismo 4” de Martín Legon - ArteBA 2015.


Lo vendieron como arte, entonces es arte. Nicolás Ponton con su obra en Proyecto A Arte Contemporaneo.


Lo cierto es que nuestra ArteBA,  lejos de generar tendencias, es un evento que se repite así mismo -y a su vez imita (con menos presupuesto) a las ferias de otros países.  Así como sus diseñadores copian un spot para armar un video de apertura, los que exponen se copian entre ellos año tras año, y la feria en sí se la pasa  “en puntita de pie” tratando de ver que se hace en Estados Unidos o Europa para copiarlo acá al año siguiente.

¿Cuál fue el reto del autor al enfrentarse a este trabajo? - Gabriel Baggio en Slyzmud 

¿Ruptura artística? ¿Un reto para la inteligencia? - Gilda Mantilla, Raimond Chaves y Jerry B. Martin en Galeria Revolver.

"¿Y esto que es?", pregunta una persona en el fan page de Arte BA. 
Le responden con ironía: "Es arte. No entendés nada"
En la foto Ignacio Liprandi en su galería con obra de David Lamelas.


No hay forma de someter a una crítica estas propuestas. No existe ningún método que permite abordar alguna interpretación. No hay forma, extensión, volumen, color ni variaciones en los detalles. No hay nada. Es el vacío mismo. Simplemente no son obras de arte y no están ejecutadas por artistas. Ojalá empecemos a tener el valor suficiente de decir públicamente: !Dejen de tomarnos el pelo! 

En definitiva, ArteBA no representa a los artistas. Lo que logra es desprestigiar el talento, el estudio, la técnica y el oficio de miles de dibujantes, pintores y escultores a los que excluye. 

No pueden convocar a Alfredo Araujo Santoyo de Colombia, o a Javier Arizabalo García de España, o a Alejandro Rosemberg de nuestro país y decirles: “La tendencia para el año próximo es la mancha roja… ¡el rojo está a full!”. 

Hay quienes si saldrán corriendo a la pinturería a comprar tarros y tarros de pintura roja para cumplir con las exigencias de la galería, para sentirse “artistas” aunque sea por el lapso de la feria. Pero “los otros” -hay muchos “otros” en el mundo- están pintando, quieren pintar y no tranzan por más desalentados que muchas veces se sientan.



“Los otros” 
se encuentran 
al margen de las modas 
y están abocados 
a su trabajo 
con esfuerzo y seriedad.


Aquí, comparto fragmentos de las entrevistas que le realicé a pintores y dibujantes contemporáneos de América Latina (sí, ellos también son contemporáneos) que se unen -sin saberlo- para reivindicar la belleza. Algunos gozan de prestigio, producto de su trayectoria y perseverancia; otros todavía no logran encontrar lugares en donde exponer, más allá de su talento. 

Sus impresiones sobre este escenario.

Alejandro Rosemberg
Pintor argentino



-“El siglo XX, a partir de las vanguardias históricas, ha cuestionado a la belleza –junto al oficio- como valor intrínseco de una obra de arte (idea heredada de la antigua Grecia clásica y tal vez arbitraria) y cultivado en su lugar una estética que tuvo que ver más con la fealdad y el shock o la novedad; y que no juzgo como algo “bueno o malo”, “arte o no-arte” y no me parece una discusión muy fértil ya que los propios conceptos de “arte” o “artista” están hoy desacreditados”.

Alfonso Fernández Benítez
Pintor mexicano



-“Creo que en el arte es importante por un lado dominar los materiales y las texturas, pero también hay que ser inteligente; sucede que algunos ocupan su inteligencia sólo en vender y posicionarse, y otros en pintar y hacer bien su trabajo sin importar lo que opinen los demás y por supuesto, más allá de las modas. Siempre lo que esté bien hecho, ocupará en algún momento el lugar que se merece”.




Darío Mastrosimone
Pintor argentino


-“Estamos viviendo en una sociedad vacía de valores, consumista, improvisada e impersonal, priman las modas impuestas, es superficial -lo que hoy se endiosa mañana se descarta- y hay una gran desvalorización del esfuerzo y del trabajo. Entonces mucho del arte contemporáneo peca por poseer esas características. Siendo un arte vacío de valores, consumista, improvisado, impersonal, con imágenes sin contenido y por lo tanto superficial”. 

Juan Medina
Pintor mexicano



-“Creo que saber “el oficio” es lo más importante en esta actividad. Es el lenguaje con el que después se dice -o no- una historia”. 


Guillermo Lorca García Huidobro
Pintor chileno


- (En la universidad) “tenía discrepancias irreconciliables con varios profesores.Me parecía que todo estaba sujeto por un discurso del estilo post-conceptualista, en donde aprender la lógica interna de ese discurso era suficiente para crear obra y satisfacer al profesor. Si bien el discurso tiene una lógica interna, me parece en el arte su materialización representa su decadencia”.

Rocambole
Pintor argentino



-“Tomo distancia de la palabra “artista” porque la encuentro muy manoseada. Veo muchas veces al arte contemporáneo reproduciendo situaciones que se dieron hace más de noventa años con los dadaístas. Y veo mucha gente que se autotitula ‘artista’ y que yo no quiero ser como ellos”.

Alfredo Rodríguez
Pintor mexicano



-“Yo creo que la pintura realista siempre existirá. Personalmente considero que el realismo es como la música clásica, que se ha producido por muchos siglos, y sigue siendo tan popular como siempre. Mucha gente prefiere al realismo porque se pueden identificar con este medio de la manera más sencilla, sin necesidad que les “expliquen” lo que están viendo”. 

Mauro Cano
Pintor argentino



-“No me interesa mostrar cantidad y si tengo tres obras para mostrar, que entonces sean tres. Esa decisión tiene un costo comercial porque se puede participar en menos concursos, y por sobre todo a las galerías no les interesa un pintor que genere poco, porque a ellos les interesa vender”.

Helmut Discht
Pintor argentino





-“Mi obra No necesita de interlocutores, ni traductores, dialoga directamente con el público. Ese es el problema de los circuitos del arte y su sometimiento dogmático que excluyen al público. Tienen una postura ideológica totalmente excluyente. Hay que lograr una reivindicación de la belleza, porque todo eso ha sido una mala palabra durante décadas”.


Rubén Reveco
Pintor argentino



- “Se ha formado un circuito snobista que dicta cátedra sobre lo que es y no es arte. Creo que muchas de las propuestas del arte contemporáneo, de la vanguardia, alejan al espectador de la obra de arte; porque son manifestaciones incomprensibles. Hay un circuito cerrado, elitista y muy efectivo. El que queda excluido es el público que no se atreve a decir frente a una instalación: “Eso no me gusta” -al menos en voz alta-, porque tiene miedo de pecar de ignorante. Prefiere decir: “Yo no entiendo”, “no sé nada de arte”, “no puedo opinar porque no conozco”.

Pablo Solari
Pintor argentino



-“Una obra para ser considerada arte, debe tener claridad, integridad y terminación. Yo me esmero en la terminación pues es como me gusta a mí, es el resultado que busco. Generalmente en la terminación, en los retoques finales, llevo más tiempo y angustia que en la ejecución del resto de la obra. Tengo la idea que una obra para ser arte debe ser algo serio, elaborado, no algo improvisado como algo instintivo. Debe representar el interior del artista, debe reflejar el mensaje que quiere dar. Y un mensaje mal terminado no tiene fuerza, ni vehemencia. Yo no sería capaz -por respeto al arte que llevo en mí, y que me da sentido a mí mismo-de hacer una mancha. Luego pensar que puede ser, y lo peor: hacerle creer a los demás que esa mancha es arte”. 

Félix Pablo Villagra
Pintor argentino



-“Una vez que se ha transcurrido toda esa etapa de aprendizaje, pueden hacer lo que quieran. Romper. Pero primero tienen que demostrar que saben. Estas nuevas rupturas a mí no me agradan. . Cuando se sabe que hay trabajo, estudio, esfuerzo se nota en el producto final”. 


Juan Manuel Jaimes Roy
Pintor argentino


-“Creo todo lo que surgió en los tiempos reales de la vanguardia, ya no sustenta, no identifica, a gran parte de pintores o de escultores. Y creo además que el hombre contemporáneo ha superado a las manifestaciones que hoy se autodenominan de vanguardia. Todo arte que necesite de una explicación para su compresión, falla. Esas propuestas, que hoy se ven con gran despliegue, han estado avaladas por un mercado que vio en su momento la veta comercial. Un mercado que creó supuestos artistas que producen cantidad en vez de calidad. La liviandad del resultado es lo que aleja al público. Las muestras están pensadas para entretener. Y eso es delicado: se confunde el hecho de ver un producto artístico con la idea de pasar un momento divertido”. 

Adriana Villagra
Pintora paraguaya


- “Uno ahora puede acceder a información sobre pintores en otros países, conocer sus obras e incluso comunicarse con ellos, compartir experiencias y entonces uno ya no se siente tan solo como probablemente haya ocurrido con artistas que iniciaron sus carreras en los 80 y los 90. Épocas en la que los circuitos tradicionales del arte dejaban a un lado la pintura realista tratándola de “arte copista” y privilegiando un arte más conceptual, pobre en oficio pero que respondía a las “tendencias” del arte en ese momento que la mayoría de las veces están marcadas por las bienales, ferias de arte, curadores o galeristas con poder. Creo que las acciones colectivas son muy importantes para lograr que un estilo logre afianzarse y generar nuevas oportunidades para que los jóvenes talentos encuentren un lugar donde mostrar sus trabajos”. 


Daron Mastropiero
Dibujante argentino




-"Es obsceno el nivel de descaro al que se llegó porque los que tienen el poder -que dictaminan a qué artista le dan un espacio y a cuál no-. Trabajaron tanto la moral colectiva que se llegó a un punto oscuro en el que se asimila que es “normal” no tener un lugar para exponer y no vivir de lo que querés. La esencia artística murió, fue descuartizada; sólo quedó el negocio de los que venden por millones de dólares, porque fueron designados como los “artistas conceptuales consagrados”. Estamos en la época en la que un curador y un galerista valen más que un artista o la obra en sí misma. Se aisló al pueblo de este “arte conceptual de vanguardia”. Sólo se concentran en el dinero. Que todo un sistema de galerías banque a unos quitándole la oportunidad a otros es deplorable. No hay gestión cultural que permita becar a artistas, ni hay lugares que den espacio, comodidad, seguridad en la integridad de las obras". 


Nota: Cada una de las entrevistas han sido publicadas completas en el suplemento de Cultura de Diario Los Andes (Mendoza, Argentina) y se pueden visitar en este blog.


Alejandro Rosemberg: Pintar es pensar


El pintor se refirió, en esta entrevista, al escenario actual de las artes plásticas y el lugar que ocupa la belleza. Interpelador y agudo, el artista cordobés indaga sobre el concepto de “arte contemporáneo”. Su testimonio es una clara defensa del oficio como valor intrínseco de la obra de arte.


Por Lic. Camila Reveco
camilareveco.mza@gmail.com 
Argentina

Alejandro Rosemberg es uno de los pintores más personales y vibrantes de nuestro país. Su propuesta pictórica es simple y contundente: trabaja el realismo; y con su obra la excusa de la realidad se transforma en un lugar plagado de belleza. El artista, de gran dominio técnico, nació en Córdoba hace treinta tres años y se radicó en la ciudad de Buenos Aires hace siete. En su provincia natal obtuvo la licenciatura en artes y más tarde continuo sus estudios de pintura clásica basada en la gran tradición italiana con el maestro Claudio Bogino. 

En sus telas se destacan las series de figuras con paños de color sobre sillones y sus dibujos de retratos en tonos anaranjados. 

Alejandro Rosemberg alimenta una fe inquebrantable en el poder de la pintura y su obra crece como una gran verdad. “La pintura nunca se fue”, dice el artista que en su trabajo concentra lo más potente del realismo. 

En esta entrevista el pintor su refirió, primero, a su obra y los temas que representa; y en segundo lugar -a partir del actual panorama en el que reinan múltiples tendencias estilísticas- se animó a escarbar en los aspectos más sensibles y espinosos del circuito del arte. 

Es que ser pintor no sólo es tomar los pinceles, sino también, tener una postura crítica frente a los sucesos que acontecen y nos atraviesan, e implica pensar sobre el mundo en que se vive. 

Nos preguntamos con él: ¿Por qué se insiste en hablar de “democratización” en el arte del nuevo milenio, si la inmensa mayoría de pintores que siguen apostando por el realismo no integran el grupo de “artistas contemporáneos”? ¿Qué tan contemporáneos son los contemporáneos del siglo XXI si sus propuestas de ruptura o “vanguardia” son las mismas de hace cien años atrás? 


Un pintor “de corte racional y analítico” 

-Siempre se encuadró dentro del realismo ¿por qué? 

-Efectivamente, el realismo me atrapo desde pequeño. Mis padres me llevaban a galerías y museos y siempre me paraba frente a cuadros realistas y los admiraba. Nunca conecte mucho con obra que no fuera figurativa. El realismo es un gran desafío ya que requiere de un fuerte dominio técnico y por lo tanto, conocimientos concretos (dibujo, composición, color, etc). El “todo vale” nos ha llevado a muchos callejones sin salida a lo largo del siglo XX que encuentro contraproducentes para las artes plásticas y rescato al oficio como un valor positivo dentro de mi disciplina. Es lo que exigimos de cualquier otra manifestación artística o actividad en general: que un músico domine su instrumento, que un escritor domine el lenguaje, que un arquitecto sepa diseñar y hacer un plano, etc. El realismo es también accesible a todos. 
"No me gustan las obras que te dejan afuera, el arte elitista hecho para especialistas o ese que requiere de un manual teórico para entenderlo: son manifestaciones que alejan a la gente del arte". 
Me gusta la obra que se sustenta sola y que te invita a acercarte y sentir, disfrutar, pensar… Creo que en la infancia me atrapaba la ilusión óptica que genera la técnica, una ilusión que rozaba lo mágico. Luego en la adolescencia descubrí que tenía facilidad para lograrla, tal vez por mi personalidad de corte racional y analítica. Lo que era un pasatiempo que me daba mucho placer y satisfacción se volvió más serio en la etapa universitaria, a partir de la cual me fui profesionalizando. 

-Estudió arte en Córdoba ¿Qué sucede allí? Es una provincia que tiene pintores muy talentosos

-No sé muy bien que sucede en Córdoba pero es efectivamente una provincia-semillero para el arte en general, tanto por la cantidad de artistas como por la calidad sus trabajos. Con respecto a la pintura figurativa en particular, no lo tengo muy claro pero imagino que varios factores influyeron: dos instituciones de peso que ofrecen buena formación (la Escuela de Bellas Artes Figueroa Alcorta y la Facultad de Arte de la Universidad Nacional de Córdoba), muchas galerías de arte que fueron prósperas durante décadas -algunas de ellas dedicadas exclusivamente al realismo como Galería Marchiaro-, y una tradición de maestros de gran nivel que decidieron hacer escuela en Córdoba enseñando y vendiendo sus obras en un contexto que fue receptivo. 


Obra en proceso

-Pintar de una manera tan minuciosa ¿no le parece que va a contramano de la vorágine actual en donde todo es inmediato? 

-Tal vez, aunque las expresiones artísticas responden más al mundo interior que al exterior. Y si bien es difícil o imposible abstraerse de algunas cuestiones (la obra de un artista suele reflejar su momento histórico), no creo que ir a mano o a contramano de la velocidad de nuestros tiempos deba ser una preocupación para el artista al momento de producir. 

- Lejos de vivir sin timón y en el delirio su obra refleja lo contrario: lucidez, sentido común, prolijidad… ¿su pintura habla de cómo es usted? 

-"¡Es graciosa la asociación de la vida del artista a una vida sin timón, o delirante! Supongo que tiene que ver con la imagen que se tiene del artista en el ideario popular, pero eso es más para las películas…". 

Con respecto a mi obra, sí, refleja mi personalidad y creo que es lógico y natural que así sea, aunque luego el espectador también vuelque en ella su propia mirada y la re signifique viéndose así también reflejado en ella en mayor o menor medida. 


-¿Por qué cree que el desnudo sigue avergonzando a los seres humanos? ¿Ha sufrido alguna vez alguna forma de censura? 

-Bueno, será un poco de pudor, un poco de vergüenza, censuras que incorporamos a través de la cultura, religión, etc… no me he detenido a pensar en el asunto. Varía de época en época y también de acuerdo al contexto. Es gracioso por ejemplo encontrar escandaloso un desnudo artístico a la par que se asimila como algo natural la obscenidad en los medios de comunicación actuales… En lo personal, no he sufrido censuras significativas. 

- ¿Cuál es su reacción frente al comentario del público cuando le dicen sobre su obra: “¡Parece una foto!”?

-Es un comentario que uno escucha muy seguido y hay que tomarlo como lo que es, un halago bien intencionado. El mundo en el cual vivimos está atravesado por la imagen fotográfica: la tele, el cine, celulares, internet, etc… hemos aprendido a incorporar a la foto como sinónimo de realidad y nos olvidamos que ésta es una interpretación de la misma como cualquier otra. Por ello, entiendo que me quieren decir que mi trabajo les parece muy real. 



- Al escritor chileno Roberto Bolaño siempre le asombró la soberbia que observaba en los círculos literarios ¿El ambiente pictórico peca de lo mismo? 

-Sinceramente ¡no lo sé! Uno se va cruzando con todo tipo de gente a lo largo del camino... he notado que es un medio muy competitivo e individualista y que los artistas sufren por sus grandes egos, pero tal vez éstas sean características de nuestra época. En lo profesional sólo conozco mi medio, pero no me resulta muy receptivo y no me involucro mucho.



Alejandro Rosemberg no se calla: “El siglo XX le dio la espalda al oficio y a la belleza” 

-La pintura que a usted más le gusta ¿es de algún período en particular? 

-No creo poder contestar de manera unívoca que me conmueve tal o cual período, ya que la pintura es algo muy amplio y con la cual me conecto desde diferentes lugares…Me conmueven cuestiones puntuales de diferentes períodos pero sobre todo me conecto con sensibilidades individuales de diferentes períodos. Esto me resulta más interesante, ya que a menudo la sensibilidad de un artista suele trascender su contexto histórico-cultural. 
"Lo que tengo más claro es que el siglo XX sea seguramente el que menos me conmueve, por haberle dado la espalda al oficio y a la belleza". 
Detalle 


-Dice que la belleza no ha tenido protagonismo durante el siglo XX pero algunos críticos justifican el panorama asegurando que su campo visual se ha ampliado y que no se trata de una batalla entre belleza y fealdad… 

-Me parece que aquí se mezclan dos temas interesantes. El de la belleza y el de “democratización”. Respecto de la belleza; desde luego el arte no se trata de una batalla entre belleza y fealdad, ni puede afirmarse que una obra deba ser bella para ser arte, ya que estaríamos dando una definición sobre “qué es arte” y es imposible hacerlo de manera tan acotada. Me parece también importante recordar que el concepto belleza es de por sí subjetivo, lo que no facilita las cosas. En lo personal, cuando me refiero a “belleza” lo hago en un sentido amplio y abarcativo y me parece excelente “ampliar el campo visual sobre la belleza”. Sin embargo y a lo que me refiero, es que el siglo XX, a partir de las vanguardias históricas, ha cuestionado a la belleza –junto al oficio- como valor intrínseco de una obra de arte (idea heredada de la antigua Grecia clásica y tal vez arbitraria) y cultivado en su lugar una estética que tuvo que ver más con la fealdad y el shock o la novedad; y que no juzgo como algo “bueno o malo”, “arte o no-arte” y no me parece una discusión muy fértil ya que los propios conceptos de “arte” o “artista” están hoy desacreditados. Sin embargo, y desde un punto de vista personal, digo que éste tipo de manifestaciones artísticas no me interesan ni como espectador ni como productor. Y afirmo que rescato a la belleza como un valor positivo intrínseco a nuestra condición humana, como rescato el valor de la Verdad o la Bondad, como también a la obra de arte que me sumerge en la contemplación y reflexión, conectándome de esta manera con lo espiritual. 



-Por otro lado, está el tema de la “democratización” del escenario artístico. 

-Sí, y en mi opinión, ésta es también una suerte de herencia distorsionada de las vanguardias históricas de comienzos de siglo. 

"Creo que las ideas de que “todo es arte” y “toda persona puede ser artista” deben ser consideradas como ideas poéticas inscriptas en el momento histórico-cultural en que se concibieron. Tomarlas de manera literal es muy ingenuo".
- Entonces ¿Qué impresión le causa el concepto “arte contemporáneo”? 

-El concepto de “arte contemporáneo” es de por sí confuso ya que, por un lado, considera “contemporáneo” al arte producido en base a principios que ya tienen un siglo, sólo que antes tenían sentido en su contexto histórico. Pongamos por ejemplo el arte del “ready-made”: su valor es conceptual y tiene validez en cuanto a ruptura. Luego del primer ready-made ya no hay novedad y pierde sentido. 

"Por otro lado, el “arte contemporáneo” no considera contemporáneos a los artistas que trabajamos en el presente con otros criterios artísticos. Por eso mencionaba que la mirada sobre la “democratización” del arte tomada literalmente es ingenua". 

Motivos por los cuales no me identifico con esas tendencias. El circuito artístico en el que me muevo y desarrollo es otro. 




-¿Siente que hay un regreso a la pintura clásica? 

-No lo veo como un regreso, ya que la pintura nunca se fue. Lo que se perdió durante el siglo XX fue el oficio y en ese sentido, sí, estamos presenciando una suerte de tendencia internacional –de la que Argentina no forma parte- que intenta recuperar ciertos valores que hoy asociamos a lo clásico. Se están abriendo muchas escuelas en el mundo con formaciones más estrictas y rigurosas en cuanto a las habilidades técnicas, aparecen salones y museos dedicados al realismo… 



Perfil:



Sobre el pintor:

Alejandro Rosemberg nació el 10 de octubre de 1981 en Córdoba. “Viví allí hasta los 26 años. Desde entonces estoy radicado en Capital Federal, Buenos Aires”. Es Licenciado en artes plásticas por la Universidad Nacional de Córdoba, orientación Pintura. Estudió pintura clásica con Claudio Bogino y Color con Graydon Parrish (Grand Central Academy, NY). 

Para ver más, visitar su blog: http://arosemberg.blogspot.com.ar/

Menciones/Reconocimientos: 

2015/2014/2013/2012/2011 - Finalista. Salón Internacional Art Renewal Center (ARC). Estados Unidos.2013 – Tercer Premio. Concurso de pintura de “International Artist Magazine”, categoría Figura y Retrato. Estados Unidos.2011 – Primer Premio. All-Media Online Competition, “TheArtist’s Magazine”. Estados Unidos.2010 – Primer Premio. 27º Concurso de pintura de “TheArtist’s Magazine”, categoría Figura & Retrato. Estados Unidos.2010 – Primer Premio en el concurso internacional de pintura “Temporada Verano 2010”. Galería de arte PEREZ FINE ARTS. Chile.2010 – Tercer lugar en el Premio Internacional de pintura pequeño formato “PREMIS D’ART AUTOCUGAT”. Claustro del Real Monasterio de SantCugat. Barcelona, España.






La entrevista se publicó en Diario Los Andes (Mendoza-Argentina)