Internet nos permitió descubrir a Sheryl Luxenburg, pintora de gran trayectoria que vive y trabaja en Canadá y que es dueña de un oficio excelente. Está dedicada al hiperrealismo, y logró con el tiempo desarrollar una curiosa técnica que surgió a partir de la mezcla del acrílico con la acuarela. El resultado es impresionante y la artista, sin guardarse ningún secreto, cuenta en qué consiste.
Por Lic. Camila Reveco
“La lluvia borra la maldad y lava todas las heridas de tu alma”
Luis Alberto Spinetta
La artista plástica canadiense Sheryl Luxenburg tiene un trabajo realmente impactante. A través de sus retratos femeninos desarrolla una propuesta en donde logra, con eficacia, explorar la comprensión del constructo emocional. Nos muestra expresiones de mujeres que son modeladas por las emociones; allí hay angustia, tristeza o soledad, y el agua está presente como un personaje más, que llega para aliviar la pena, para traer un poco de calma.
Desarrollar un tema (y saber hacerlo) es fundamental. Y lo destaco porque es común entre los hiperrealistas que se concentren sólo en la copia de forma literal, en la mímesis tajante, dejando de lado este aspecto. Evidentemente siempre sorprende el despliegue técnico del que ostentan, pero muchas veces no se sabe cuál es el sentido de la copia/de la imitación si no existe por parte del artista alguna interpretación sobre algo, si no hay interés por expresar algo más personal, si no hay inventiva… Por eso el resultado termina siendo, muchas veces, frío y carente de imaginación.
No es el caso de Sheryl. En ella está presente el dominio técnico, la impecable factura; pero también es evidente su interés por el estudio de las emociones y el mundo interior de los seres humanos. Ella sabe muy bien qué quiere representar, planea de forma muy meticulosa cada obra. Nada de azar o improvisación en su pintura. Lo de ésta canadiense es pura planificación, y es una forma válida de trabajo que da cuenta de lo exigente y riguroso que es el Hiperrealismo, sin duda, un lugar para pocos, que concentra a los pintores más obsesivos.
También es llamativo lo tremendamente generosa que se muestra la artista al momento de compartir secretos técnicos; esos que sólo la práctica y la experiencia de más de cuarenta años le han permitido descubrir. En su página web y en esta entrevista cuenta abiertamente sus métodos que seguro, resultan reveladores para más de uno. No es habitual éste gesto por parte de los pintores, que muchas veces se muestran celosos al momento de compartir conocimientos o experiencias, más si se trata de hacerlo de forma desinteresada.
“Si bien hay poca actividad hiperrealista en Canadá, Jason de Graaf, Alvin Richard, Anne-Marie Kornachuk y Paul Beliveau son algunos de los hiperrealistas que están entre mis favoritos”, cuenta y agrega: “También puedo mencionar a Ken Danby y Alex Colville… Pero en Canadá hay, sobre todo, excelentes artistas en el ámbito del paisaje o del arte abstracto”.
¿Qué artistas latinoamericanos le gustan?, le preguntamos por curiosidad y nos responde: “Me encantan… especialmente Omar Ortiz, Bill Caro, Marcos Beccari, Harold Munoz y Claudio Bravo”.